La campaña militar de Israel en Gaza ha infligido golpes devastadores a Hamás: ha matado a líderes importantes de Hamás y miles de militantes, ha bombardeado la red de túneles del grupo y ha socavado su capacidad de amenazar a Israel con fuego de cohetes.
Cuando Hamás lanzó su ataque contra Israel el 7 de octubre de 2023, esperaba iniciar una guerra regional que involucrara a sus aliados y llevara a la destrucción de Israel. Sin embargo, se ha quedado luchando casi completamente solo. Sus aliados han sido diezmados en el Líbano, derrocados en Siria y debilitados en Irán. Los hutíes en Yemen solo han logrado infligir ataques ocasionales con cohetes y drones, la mayoría de los cuales Israel ha interceptado.
A pesar de su aislamiento, Hamás sigue siendo la potencia palestina dominante en Gaza incluso después de 15 meses de bombardeos israelíes, manteniendo su influencia en los campos de desplazados y negándose a rendirse. Aunque muchos palestinos han criticado la decisión del grupo de llevar a cabo el ataque de octubre de 2023, desencadenando una guerra que ha matado a decenas de miles de gazatíes y reducido ciudades a escombros, ha enfrentado relativamente poca agitación popular.
Hamás ha celebrado el acuerdo provisional de cese al fuego anunciado el miércoles como un “logro”, pero su papel futuro en Gaza sigue siendo incierto.
El acuerdo prevé una eventual “cesación permanente de operaciones militares y hostilidades”, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel ha insinuado repetidamente que reanudará los ataques contra Hamás una vez que se liberen algunos rehenes retenidos por los militantes.
Sin embargo, si se implementa el acuerdo completo y multietapa, podría abrir la puerta a que Hamás reconstruya su control inflexible sobre Gaza, o al menos le permita mantener un papel influyente en el territorio. Analistas vinculados a Hamás creen que Israel tendrá dificultades para reanudar la guerra ante la presión internacional, y que Hamás desempeñará un papel clave en el futuro de Gaza.
“Hamas estará presente en cada detalle en Gaza”, dijo Ibrahim Madhoun, un analista cercano al grupo militante. “Intentar pasar por alto a Hamás será como enterrar la cabeza en la arena.”
El Sr. Madhoun reconoció que la ala militar de Hamás, las Brigadas Al-Qassam, había sufrido pérdidas, pero dijo que aún estaba “en terreno sólido” y había reclutado a nuevas personas para reemplazar a los muertos. Antony J. Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, dijo esta semana que los funcionarios estadounidenses habían determinado que Hamás había reclutado casi tantos combatientes nuevos como los que había perdido en la guerra.
Pero si Israel decide volver a la guerra, podría seguir debilitando al grupo.
Reanudar la guerra no solo sería un desastre para el pueblo palestino, sino que también podría perjudicar a Hamás, dijo Tamer Qarmout, profesor de políticas públicas en el Instituto de Estudios de Posgrado de Doha.
Bajo ese escenario, el Sr. Qarmout dijo, Israel podría encontrarse moviéndose hacia la ocupación de Gaza, lo que puede “aislar a Hamás pero antagonizar a todos los demás en el público”.