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La economía del Reino Unido no logró crecer en el tercer trimestre, según las últimas cifras oficiales, en un nuevo golpe para el gobierno laborista.
El PIB no registró ningún crecimiento en los tres meses hasta septiembre, según informó la Oficina de Estadísticas Nacionales el lunes, frente a su primera estimación de una expansión del 0,1 por ciento.
La economía se vio frenada cuando el sector de servicios dominante se estancó en el trimestre. La producción cayó un 0,4 por ciento, compensando un aumento del 0,7 por ciento en el sector de la construcción.
Las cifras representan un revés para el gobierno, que ha puesto el impulso del crecimiento económico en el centro de su agenda. Las encuestas han señalado el efecto desalentador del Presupuesto de la canciller Rachel Reeves en octubre, que ha afectado la confianza empresarial y ha frenado las intenciones de contratación.
Reeves admitió el lunes que el gobierno enfrentaba un “enorme” desafío, pero insistió en que el Presupuesto había sentado las bases para un crecimiento a largo plazo.
Si el crecimiento queda por debajo de las previsiones hechas en el Presupuesto, se plantea la posibilidad de que Reeves tenga que aplicar recortes de gastos o impuestos más altos el próximo año para asegurarse de seguir cumpliendo con sus reglas de endeudamiento.
“El desafío al que nos enfrentamos para arreglar nuestra economía y financiar adecuadamente nuestras finanzas públicas después de 15 años de descuido es enorme,” dijo Reeves. “Pero esto solo está avivando nuestro fuego para ofrecer resultados para la gente trabajadora.”
La semana pasada, Andrew Griffith, secretario de Empresa en la sombra, afirmó que el Reino Unido se encaminaba hacia un “enero de descontento” y la posibilidad de una recesión. Dijo que si hubiera una recesión, sería “fabricada en Downing Street”.