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Con su ganancia del 0.04% el jueves, el Dow finalmente rompió su racha perdedora de 10 días, la peor desde los años 70.
El rendimiento de esta semana fue otro recordatorio de por qué el índice históricamente importante ahora es más histórico que importante, habiendo cedido su papel al S&P 500.
Antes de la reacción dramática del mercado ante la Fed el miércoles, el Dow había estado yendo en sentido contrario al S&P 500 y al Nasdaq y estaba en una racha histórica negativa.
Una buena parte del por qué vino de una dosis de mala suerte: mientras casi todas las empresas del “Magnificent Seven” estaban en alza, la exposición del Dow no tenía a los dos mayores ganadores, Tesla y Alphabet, y en su lugar tenía a Nvidia, que ha tenido un mes complicado. (Recientemente, el Dow agregó a Nvidia en noviembre, sacando a un Intel con dificultades.)
Además, el Dow tenía a UnitedHealthcare, que ha bajado alrededor del 20% este mes, registrando pérdidas el doble de malas que el segundo peor rendimiento, Chevron.
Pero esta mala suerte oculta el “problema real”, que era la gran ventaja del índice durante tantas décadas: su indexación ponderada por precio. En lugar de utilizar el sistema de capitalización de mercado, el índice se calcula por los precios de los tickers, que solo están conectados a la valuación real si se tiene en cuenta cuántas acciones hay. Genial para la era preinternet cuando tenías que calcular rápidamente con poca información, pero ahora da lugar a algunas estadísticas que hacen rascar la cabeza, como muestra nuestro Gráfico de la Semana.
Por ejemplo, debido a que cotiza cerca de $500 por acción, UnitedHealthcare (capitalización de mercado de $452 mil millones) tiene el segundo mayor peso en el Dow con un 7%. Microsoft, con un precio de acción más barato, está en tercer lugar, con un 6%. Pero Microsoft vale casi siete veces más.
Se puede hacer esto para muchas de estas empresas: la compañía de pinturas Sherwin Williams tiene un peso alrededor de 1.5 veces más alto que Apple y vale solo el 2.3% de lo que vale el gigante tecnológico.
Y los precios no solo clasifican las acciones para fines de ponderación; también hacen que se muevan de manera diferente. Un cambio de $10 es igual no importa de qué empresa estemos hablando, aunque sea un enorme salto del 50% para una acción de $20 y un trato mucho menor del 5% para una acción de $200. Al índice no le importa.
El Dow no es el único índice que utiliza este método. El Nikkei 225 de Japón también se pondera por precio en lugar de emplear el método de capitalización de mercado que usa el valor total de los componentes, ponderado por tamaño.
Tener esto en mente es útil para analizar titulares y estadísticas sobre el estado del mercado porque de vez en cuando tenemos otro episodio de “Indexación ponderada por precio saliendo mal”.
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