Muchas ciudades en Japón inspeccionan bolsas de basura, y algunas permiten la divulgación de negocios que infringen las normas, pero Fukushima se cree que es la primera ciudad que planea revelar los nombres de individuos y negocios, según medios locales.
El año pasado, Fukushima informó más de 9,000 casos de basura no conforme.
Actualmente, en lugar de recoger la basura que no cumple con las reglas de eliminación, los trabajadores suelen pegar pegatinas en las bolsas de basura informando a los residentes de la violación. Los residentes tendrían que volver a meter su basura, clasificarla de nuevo y esperar acertar la próxima vez que pasen los recolectores.
Bajo las nuevas reglas de Fukushima, si la basura sigue sin clasificar durante una semana, los trabajadores de la ciudad pueden revisarla e intentar identificar a los infractores a través de elementos como correo. Los infractores recibirán una advertencia verbal, seguida de un aviso por escrito, antes de llegar al último recurso: publicar sus nombres en el sitio web del gobierno.
Ante las preocupaciones de privacidad, las autoridades de Fukushima afirmaron que la inspección de la basura se llevará a cabo de forma privada.
Las ciudades japonesas tienen sus propias guías sobre cómo desechar la basura. En Fukushima, las bolsas de basura deben colocarse en los puntos de recolección cada mañana antes de las 0830, pero no se pueden dejar desde la noche anterior.
Diferentes tipos de basura, separados en combustibles, no combustibles y reciclables, se recogen según horarios diferentes.
Para artículos que excedan las dimensiones estipuladas, como electrodomésticos y muebles, los residentes deben hacer una cita para que se los recojan por separado.
El alcalde de Fukushima, Hiroshi Kohata, dijo que las nuevas reglas pretendían promover la reducción de residuos y los métodos adecuados de eliminación.
“No hay nada ilegal en publicar generadores de residuos malintencionados que no cumplan con las reglas y no sigan la guía y el asesoramiento de la ciudad”, citó Mainichi a las autoridades.
La basura se toma muy en serio en Japón, donde desde la década de 1990 el gobierno se ha propuesto como objetivo nacional alejarse de los vertederos, reducir los desperdicios y promover el reciclaje. Las autoridades locales han introducido sus propias iniciativas en línea con este objetivo.
Los residentes en Kamikatsu, un pueblo japonés con un ambicioso objetivo de cero residuos, separan orgullosamente su basura en 45 categorías. La prefectura de Kagoshima ha hecho obligatorio para los residentes escribir sus nombres en las bolsas de basura. Y el año pasado, la ciudad de Chiba puso en marcha un asistente de inteligencia artificial para ayudar a los residentes a desechar su basura correctamente.