México pide a EE.UU. la extradición del ‘cerebro’ en el asesinato del periodista Javier Valdez.

En una conferencia de prensa esta semana, el fiscal general de México, Alejandro Gertz, dijo que López Serrano fue el “cerebro” del asesinato de Valdez. “Ya hemos procesado al resto de los perpetradores y están en la cárcel”, dijo. El Sr. Gertz agregó que México ha solicitado su extradición “en innumerables ocasiones”, pero fue rechazada porque las autoridades estadounidenses consideraban a López Serrano un “testigo protegido” que “les estaba proporcionando mucha información”. Los investigadores creen que López Serrano ordenó el asesinato de Valdez después de enfurecerse por la cobertura del periodista de las luchas de poder internas dentro del cartel de Sinaloa. El padre de López Serrano, Dámaso López Núñez, era considerado un teniente clave del jefe del cartel Joaquín “El Chapo” Guzmán. Después del arresto y extradición de Guzmán a Estados Unidos, López Núñez lanzó una sangrienta lucha por el control del cartel, pero finalmente fue capturado en una redada en la Ciudad de México en 2017. En julio de 2017, López Serrano se entregó a las autoridades estadounidenses para enfrentar cargos de tráfico de drogas y cooperó a cambio de una sentencia reducida. En ese momento, las autoridades de aplicación de la ley de EE. UU. lo describieron como el “líder más importante de un cartel mexicano” en “autodenunciarse” en los EE. UU. Fue puesto en libertad condicional en 2022. Fue arrestado nuevamente el viernes para enfrentar cargos adicionales de tráfico de fentanilo. En el momento de su muerte, Valdez estaba cubriendo una sangrienta lucha de poder dentro del cartel de Sinaloa que enfrentaba a López Núñez y López Serrano contra los hijos de Guzmán. Ocho días antes de su muerte, publicó un artículo en el que describía a López Serrano como mimado, “bueno para charlar pero no para los negocios” y un “pistolero de fin de semana con una pistola de utilería”. México es uno de los países más violentos del mundo para los periodistas. Los datos de Reporteros Sin Fronteras muestran que más de 150 periodistas han sido asesinados allí desde 1994. En 2022, al menos 15 fueron asesinados, convirtiéndolo en uno de los años más violentos para los periodistas mexicanos. La violencia ha continuado. En octubre, un periodista fue asesinado a tiros en la ciudad de Uruapan, plagada de violencia. Al día siguiente, una reportera de entretenimiento fue asesinada a tiros dentro de un restaurante que poseía en el estado de Colima.

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