Sarkozy fue condenado por intentar sobornar a un juez en 2014, después de haber dejado el cargo, sugiriendo que podría asegurarle un trabajo prestigioso a cambio de información sobre un caso separado. En la sentencia de 2021, la jueza Christine Mée dijo que el político conservador “sabía que lo que estaba haciendo estaba mal”, agregando que sus acciones y las de su abogado habían dado a la opinión pública “una imagen muy mala de la justicia”. Los crímenes fueron especificados como tráfico de influencias y violación del secreto profesional. Hablando después del veredicto del miércoles de la Cour de Cassation, el abogado de Sarkozy, Patrice Spinosi, dijo que su cliente cumpliría con los términos de la condena. Sarkozy ha agotado todas sus opciones legales en Francia y su apelación prevista ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no retrasará la ejecución del veredicto. La condena de 2021 fue un hito legal para la Francia de posguerra. El único precedente fue el juicio del predecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, quien recibió una condena de dos años en suspenso en 2011 por haber organizado trabajos ficticios en el ayuntamiento de París para aliados cuando era alcalde de París. Chirac falleció en 2019.
