En medio de la guerra en Gaza y los ataques en el Mar Rojo, los houthis de Yemen se niegan a retroceder.

Cuando Estados Unidos anunció que lideraría una fuerza internacional marítima para enfrentar los ataques a buques en el Mar Rojo, no pasó mucho tiempo antes de que el grupo detrás de los ataques, la milicia Houthi en Yemen, desestimara el esfuerzo como un caso perdido.

En cuestión de horas, un alto funcionario Houthi estaba dando vueltas por los canales de televisión árabes, describiendo la campaña de secuestros y lanzamientos de misiles y drones que la milicia había llevado a cabo en buques comerciales como una batalla justa para forzar a Israel a poner fin a su asedio a Gaza.

“La posición yemení está clara”, dijo Abdullah Ben Amer, un alto funcionario Houthi en un departamento que forma parte del ministerio de defensa del grupo. La escalada de los Houthi en el Mar Rojo cesará, dijo, cuando “la guerra israelí contra el pueblo de Gaza se detenga”.

Esas palabras hicieron eco de la postura que la milicia respaldada por Irán ha repetido desde que comenzó la guerra en Gaza hace dos meses, con los ataques liderados por Hamás que mataron a unas 1,200 personas en el sur de Israel, según funcionarios, y la respuesta israelí: bombardeos en Gaza que han matado a alrededor de 20,000 palestinos, reportan funcionarios de la zona.

Las acciones de guerra han provocado furia en todo el Medio Oriente, catapultando a los Houthis, un grupo tribal una vez combativo que controla el norte de Yemen, a un foco global inesperado. Mientras muchos gobiernos árabes han abordado la guerra a través de ayuda y diplomacia, los Houthis emprendieron un asalto militar ardiente, aumentando su popularidad en toda la región.

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Lanzaron drones y misiles contra el sur de Israel, y se comprometieron a bloquear todos los buques que viajan a los puertos israelíes a través del estrecho de Bab al-Mandab cerca de Yemen, un punto clave de estrangulamiento para el comercio global. La mayoría de sus ataques han sido frustrados, pero el mes pasado secuestraron un buque comercial, y este mes, golpearon un barco noruego con un misil, provocando un incendio. Sus ataques han obligado a las compañías navieras más grandes del mundo a desviar los buques, interrumpiendo el comercio global y aumentando los precios del petróleo.