CANBERRA, Australia (AP) — El martes será liberado de la prisión un terrorista convicto al que Australia quería despojar de su ciudadanía y deportar, bajo estrictas condiciones.
El clérigo musulmán nacido en Argelia, Abdul Benbrika, será puesto en libertad con una orden de supervisión durante 12 meses después de un fallo de la jueza de la Corte Suprema del estado de Victoria, Elizabeth Hollingworth. La policía había argumentado que la orden debería durar tres años.
Benbrika deberá llevar un brazalete electrónico para rastrear sus movimientos y cumplir con un toque de queda nocturno.
El hombre de 63 años fue condenado en 2008 por tres cargos de terrorismo relacionados con un complot para causar víctimas en masa en un evento público en Melbourne. Sin embargo, no se produjo ningún ataque.
Fue condenado a 15 años de prisión y habría sido liberado en 2020. Pero su sentencia fue extendida por tres años bajo una ley reciente que permitía la detención continua de prisioneros condenados por delitos de terrorismo si un juez determinaba que representaban un riesgo inaceptable para la comunidad si eran puestos en libertad.
En 2021, Benbrika perdió un desafío en la Corte Suprema a su detención continua en una decisión dividida de 5-2. Sin embargo, ganó un desafío en la Corte Suprema en octubre a una ley que permitía a un ministro del gobierno despojarlo de su ciudadanía australiana en 2020 por sus condenas por terrorismo.
La mayoría de los jueces encontraron que la ley era inconstitucional porque el ministro estaba ejerciendo efectivamente una función judicial al castigar la culpabilidad criminal.
Con la ciudadanía australiana de Benbrika restaurada, Australia perdió la opción de deportarlo cuando fuera liberado de la prisión.
El gobierno aprobó leyes la semana pasada que permiten a un ministro solicitar a un juez que cancele la ciudadanía de un terrorista convicto en el momento de la sentencia. Sin embargo, las nuevas leyes no se aplican a Benbrika.
Benbrika presenció la audiencia judicial del martes a través de un enlace de video desde la prisión.
Hollingworth dictaminó que una orden de supervisión era necesaria porque Benbrika continuaba representando un riesgo inaceptable para la comunidad.
Benbrika no podrá discutir actividades extremistas públicamente, pero podrá hacerlo en el curso de su programa de desradicalización. Necesitará permiso de la policía para comenzar un trabajo o realizar trabajo voluntario y no podrá visitar numerosos lugares públicos.
La policía tiene poderes para monitorear sus comunicaciones electrónicas y no se le permitirá el contacto con personas en prisión o con condenas penales por una lista de delitos.