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Muchos de nosotros hemos visto cómo los teléfonos inteligentes han transformado nuestras vidas, pero para los adolescentes y niños, es una historia diferente. Ellos prácticamente nacieron en un mundo donde la tecnología móvil está en todas partes y no han conocido la vida sin ella. Ahora, con crecientes preocupaciones sobre cómo todo este tiempo frente a la pantalla está afectando a las generaciones más jóvenes, un país de la UE está considerando formas de proteger a los menores de los aspectos negativos del mundo digital.
Según un nuevo informe de España (se requiere suscripción), un panel de expertos designado por el gobierno ha sugerido que los teléfonos inteligentes vendidos en el país deberían venir con etiquetas de advertencia de salud, algo así como las advertencias de los cigarrillos, pero probablemente menos dramáticas. Alertas similares también podrían aparecer en las pantallas cuando se accedan a ciertas aplicaciones o plataformas.
Los hallazgos del grupo, detallados en un informe de 250 páginas, describen lo que llaman una “epidemia de salud pública”. Sus propuestas van desde prohibir los dispositivos digitales para niños menores de tres años hasta restringir el uso para edades de tres a seis años, con excepciones para circunstancias especiales. Para los adolescentes menores de 16 años, los expertos recomiendan el uso de los llamados “teléfonos tontos” y desaconsejan firmemente las redes sociales para niños menores de 12 años en general.
Las aplicaciones educativas con funciones de “gratificación instantánea” tampoco eludieron el escrutinio. El informe recomienda a las escuelas desechar tales herramientas y priorizar métodos de enseñanza analógicos para los estudiantes más jóvenes. Los dispositivos digitales, argumenta, deberían tener roles limitados en la educación temprana.
Desde un punto de vista de salud, el panel enfatiza la necesidad de abordar los problemas de salud mental relacionados con la tecnología como la ansiedad y la adicción. Sugieren incorporar evaluaciones de uso excesivo de la tecnología en las visitas médicas de rutina, con el objetivo de elevar el problema como una prioridad de salud pública. En general, las recomendaciones proponen un cambio significativo en la forma en que España gestiona la exposición de los niños a la tecnología.
Personalmente, encuentro algunas de estas ideas bastante exageradas. Seamos realistas: ¿conseguir que los niños declaren honestamente su edad en línea? Buena suerte con eso. Y ¿poner advertencias de salud en los teléfonos inteligentes? No estoy seguro de cuán efectivo será eso.
En los Estados Unidos, cada vez más estudiantes de secundaria, como estudiantes de 8º, 10º y 12º grado, muestran signos de depresión.
Dicho esto, estoy de acuerdo con la necesidad de actuar. Estudios han relacionado repetidamente el uso excesivo de plataformas como Facebook, Instagram y TikTok con el aumento de los niveles de depresión, ansiedad e incluso trastornos alimentarios entre los jóvenes. Tal vez en lugar de eliminar por completo las herramientas digitales de la educación, deberíamos centrarnos en enseñar a los niños sobre estos riesgos y ofrecer alternativas más saludables.
España no es el único país que está tomando medidas enérgicas contra los peligros digitales para los jóvenes. Australia recientemente causó revuelo al prohibir el uso de redes sociales para cualquier persona menor de 16 años, una medida audaz y divisiva. Y después de la presión de las autoridades, TikTok recientemente anunció que restringirá los filtros de belleza para adolescentes en un nuevo impulso de seguridad. Instagram también está intensificando con nuevas reglas diseñadas para proteger a los usuarios más jóvenes.
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