En 2022, las estrictas regulaciones de Estados Unidos sobre la importación de productos de Xinjiang entraron en vigor. Muchas marcas globales retiraron productos elaborados con algodón de Xinjiang de sus estantes, lo que generó una fuerte reacción en China. Marcas como H&M, Nike, Burberry, Esprit y Adidas fueron boicoteadas. El señor Yanai, el hombre más rico de Japón, se negó a confirmar o negar si se usaba algodón de Xinjiang en la ropa de Uniqlo, diciendo que quería “ser neutral entre Estados Unidos y China”. Su decisión de no tomar partido ayudó a Uniqlo a mantener su popularidad en el enorme mercado minorista de China. A pesar de que Uniqlo ha estado expandiéndose agresivamente en Europa y Estados Unidos, en palabras del señor Yanai, “no somos una marca conocida a nivel mundial” y Asia sigue siendo su mercado más grande. La compañía tiene más tiendas en China que en su país de origen, Japón, y el señor Yanai dice que no planea cambiar esa estrategia a pesar de los desafíos en la segunda economía más grande del mundo. “Hay 1.400 millones de personas en China y solo tenemos de 900 a 1,000 tiendas”, dice. “Creo que podemos aumentar eso a 3,000”. Mientras tanto, China es el principal centro de fabricación de Uniqlo. La compañía también produce ropa en países como Vietnam, Bangladesh, Indonesia y La India. En 2009, cuando el 80% de sus productos se fabricaban en China, el señor Yanai le dijo a la BBC que China estaba volviéndose demasiado cara y que la empresa estaba trasladando su producción a “Camboya, de salarios más bajos, para mantener los precios bajos”. Ahora dice que fue difícil repetir el éxito de China como la fábrica del mundo en otros países, ya que transferir años de experiencia resultó complicado.