En total, 14 de las 17 personas apuñaladas ese día eran mujeres, incluidas cinco de las seis que murieron, y un bebé de nueve meses. El comisionado de policía de Nueva Gales del Sur dijo en ese momento que era “evidente” que Cauchi había apuntado a mujeres.
La audiencia del martes estableció las áreas de enfoque para una extensa investigación que comenzará en abril de 2025. La investigación examinará posibles fallas en la seguridad y deficiencias en los sistemas de salud mental en Nueva Gales del Sur y Queensland, el estado natal de Cauchi.
En su declaración, Dwyer también proporcionó la primera línea de tiempo detallada de cómo se desarrolló la violencia en Bondi ese día.
Dijo que Cauchi, quien había estado durmiendo a la intemperie en el suburbio de Maroubra en la mañana del ataque, ingresó al centro comercial Westfield alrededor de las 15.30 (hora local) y comenzó a apuñalar a la gente aproximadamente tres minutos después, después de sacar su cuchillo en la fila de una panadería.
Su primera víctima fue Dawn Singleton, de 25 años, seguida por Jade Young, de 47 años, y Yixuan Cheng, de 25 años. Luego atacó a Ashlee Good, de 38 años, por la espalda.
Good, quien ha sido descrita por su familia como una “persona excepcional en todos los sentidos”, luego vio a Cauchi apuñalando a su bebé de nueve meses en la carriola y resultó herida al intentar salvar la vida del niño, según se dijo en la corte.
Faraz Tahir, un guardia de seguridad de 30 años, fue apuñalado a continuación, junto con un colega. Los testigos en ese momento dijeron que murió “intentando salvar a otros”.
Cauchi apuñaló mortalmente a Pikria Darchia, de 55 años, antes de ser abatido por la inspectora de policía de Nueva Gales del Sur, Amy Scott, quien había estado de servicio cerca. Entre el momento en que Scott llegó y el momento en que mató a Cauchi, pasó poco más de un minuto, según se escuchó en la corte.
En total, el ataque duró cinco minutos y 43 segundos, pero en ese momento no sonó ninguna alarma.
“Actualmente no está claro por qué tardó tanto en sonar la alarma”, dijo Dwyer.
Antes de abrir la audiencia, la forense estatal Teresa O’Sullivan reconoció el dolor y la pérdida que la comunidad en general seguía sintiendo como resultado de la violencia.
“Ofrezco mis más sinceras condolencias a la familia y seres queridos que están aquí en la corte hoy, así como a aquellos que no pueden estar aquí en persona”, dijo al tribunal, según el Guardian Australia.
“Es importante para mí y para mi equipo de asistentes… que se sientan seguros, escuchados y cuidados durante todo este proceso”.