El Banco de Inglaterra mantuvo las tasas de interés en un máximo de 15 años el jueves, ya que los responsables políticos buscaron frenar las presiones inflacionarias a pesar de las señales de desaceleración económica.
La tasa clave del banco se mantuvo en un 5,25 por ciento, tras una retirada más rápida de lo esperado en la inflación, que cayó por debajo del 5 por ciento en octubre. Aun así, la tasa de inflación fue más del doble del objetivo del 2 por ciento del banco central.
Preocupante para algunos responsables políticos y analistas, la tasa también es alta en comparación con los vecinos europeos, y los trabajadores experimentan un crecimiento salarial relativamente rápido, lo que empuja hacia arriba los precios en el sector de servicios. Las indicaciones de que las presiones de precios internos siguen siendo bastante fuertes significan que los operadores no esperan que el banco central recorte las tasas hasta la mitad del próximo año.
“Hemos recorrido un largo camino este año y los aumentos sucesivos de las tasas han ayudado a reducir la inflación”, dijo Andrew Bailey, gobernador del banco, en un comunicado. “Pero todavía falta un trecho”.
A nivel global, la lucha contra la alta inflación ha entrado en una nueva fase, ya que el crecimiento de los precios alcanzó su punto máximo el año pasado. Ahora, los banqueros centrales se centran en cómo reducir la inflación a sus objetivos, al mismo tiempo que gestionan los efectos adversos de los aumentos de tasas del pasado. A medida que la economía global se debilita, los responsables políticos están atentos a cuándo podrían necesitar recortar las tasas de interés, pero son cautelosos al señalar que estos recortes podrían llegar demasiado pronto y correr el riesgo de reavivar las presiones inflacionarias.
El miércoles, la Reserva Federal de EE. UU. mantuvo las tasas estables, pero los responsables políticos indicaron que podrían haber tres recortes el próximo año. Más tarde el jueves, se espera que el Banco Central Europeo mantenga las tasas sin cambios.
Reflejando la situación más desafiante en Gran Bretaña, donde el crecimiento es débil pero las presiones inflacionarias persisten, el Banco de Inglaterra no dio indicios de que los recortes de tasa pudieran ser inminentes.
La creciente debilidad en la economía británica se está volviendo más evidente, ya que el gasto de los hogares se debilita mientras la inversión en viviendas se contrae. La economía se contrajo un 0,3 por ciento en octubre, según datos publicados el miércoles. Las lecturas mensuales sobre el crecimiento económico pueden ser volátiles, pero los datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales mostraron que la economía ha sido casi del mismo tamaño durante aproximadamente el último año y medio.
El banco central espera que la economía se estanque desde ahora hasta 2025. Pero el banco no espera que la inflación vuelva al objetivo del 2 por ciento hasta finales de 2025.
Las actas de la reunión de esta semana de los responsables de la política monetaria del Banco de Inglaterra destacaron la posibilidad de que las tasas podrían aumentar nuevamente, diciendo que se requeriría un “ajuste adicional” si hubiera evidencia de “presiones inflacionarias más persistentes”.
Los responsables del banco siguen divididos sobre la mejor manera de garantizar que la inflación disminuya de manera rápida y sostenible. Seis de los nueve miembros del comité de fijación de tasas del banco, incluido el Sr. Bailey, votaron a favor de mantener las tasas.
Pero los otros tres votaron a favor de aumentar la tasa en un cuarto de punto, argumentando que era necesario rechazar el riesgo de una inflación “más arraigada”, según las actas. A pesar del débil crecimiento económico, los ingresos de los hogares, una vez ajustados por la inflación, estaban mejorando y el mercado laboral estaba ajustado. Había evidencia de una inflación más persistente, ya que el crecimiento de los salarios era más alto de lo que era cómodo para alcanzar el objetivo de inflación y el crecimiento de los precios en el sector de servicios estaba “elevado”, dijeron los tres responsables políticos.