CHISINAU, Moldavia (AP) — El historiador y político moldavo Octavian Ticu recuerda cuando la Unión Soviética se derrumbó a principios de la década de 1990, un evento sísmico que le permitió convertirse en uno de los primeros boxeadores aficionados en pelear por su país en la cúspide de su deporte: los Juegos Olímpicos.
“Fue un momento feliz para mí,” recuerda el hombre de 52 años, mientras se envuelve las manos en un gimnasio de boxeo en la capital, Chisinau. “En 1996, participé en los Juegos Olímpicos en Atlanta. … Si estuviera en la Unión Soviética, nunca hubiera logrado esto.”
Pero hoy, más de tres décadas después de proclamarse independiente, Moldavia está siendo atacada por Rusia en una guerra híbrida de propaganda y desinformación que “causa estragos,” dijo Ticu, que compitió en la división de peso ligero, a The Associated Press.
Al igual que Ucrania y Georgia, la antigua república soviética aspira a unirse a la Unión Europea pero está atrapada en una constante lucha geopólítica entre Moscú y Occidente.
“La propaganda rusa es una realidad de 30 años de independencia,” añadió Ticu, que ha escrito varios libros sobre la historia de su país.
____
Esta historia, respaldada por el Pulitzer Center for Crisis Reporting, es parte de una serie en curso de Associated Press que cubre las amenazas a la democracia en Europa.
____
En un referéndum nacional el 20 de octubre, los moldavos votaron por una ajustada mayoría del 50.35% a favor de asegurar un camino hacia la membresía en la UE. Pero el resultado fue eclipsado por acusaciones de un esquema de compra de votos respaldado por Moscú.
En una elección presidencial celebrada el mismo día, la presidenta prooccidental Maia Sandu obtuvo el 42% de los votos, pero no logró una mayoría absoluta. El domingo, se enfrentará a Alexandr Stoianoglo, un ex fiscal general favorable a Rusia, en una segunda vuelta vista como una elección entre polos geográficos opuestos — nuevamente.