El Ministerio de Defensa de Seúl dijo que la prueba tenía como objetivo desarrollar armas que “dispararan más lejos y más alto”.
El líder norcoreano Kim Jong Un dijo en un raro informe del mismo día en los medios estatales que el lanzamiento muestra “nuestra voluntad de responder a nuestros enemigos” y lo describió como “una acción militar apropiada”.
“Afirmo que [Corea del Norte] nunca cambiará su línea de fortalecer sus fuerzas nucleares”, dijo Kim.
Estados Unidos calificó el lanzamiento del jueves como una “violación flagrante de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”.
“Solo demuestra que [Corea del Norte] continúa priorizando sus programas ilegales de armas de destrucción masiva y misiles balísticos sobre el bienestar de su pueblo”, dijo en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett.
Corea del Sur dijo que impondría sanciones frescas a Corea del Norte en respuesta al lanzamiento.
Pyongyang lanzó un ICBM en diciembre de 2023, desafiando las duraderas y paralizantes sanciones de la ONU. Ese misil viajó durante 73 minutos y recorrió aproximadamente 1.000 km.
Los expertos en Corea del Norte creen que el lanzamiento tenía como objetivo aumentar la carga útil de sus misiles.
Pyongyang ha estado desarrollando misiles que pueden “impactar el territorio continental de Estados Unidos incluso si lleva una cabeza de guerra más grande y pesada” o incluso varias cabezas de guerra, dijo Kim Dong-yup, profesor asistente en la Universidad de Estudios de Corea del Norte.
Japón vecino dijo que monitoreó el lanzamiento del jueves.
Funcionarios de Corea del Sur y Estados Unidos se reunieron después del lanzamiento y acordaron “tomar medidas de respuesta fuertes y variadas”, dijo el comunicado militar surcoreano.
“Nuestro ejército mantiene plena disposición ya que compartimos de cerca información balística norcoreana con autoridades estadounidenses y japonesas”, agregó.
El lanzamiento del jueves llega después de que Corea del Sur y Estados Unidos acusaron a Corea del Norte de enviar tropas a Rusia para apoyar la guerra de Vladimir Putin en Ucrania.
El Pentágono estima que alrededor de 10.000 soldados norcoreanos han sido desplegados para entrenar en el este de Rusia. Un “pequeño número” ha sido enviado a Kursk en el oeste de Rusia, y varios miles más están en camino, dijo Estados Unidos a principios de esta semana.
La presunta presencia de tropas norcoreanas en Rusia ha aumentado las crecientes preocupaciones sobre los lazos cada vez más profundos entre Putin y Kim.
Pyongyang y Moscú ni han confirmado ni han negado estas acusaciones.
Información adicional de Hosu Lee y Jake Kwon en Seúl
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