Varios países, incluidos EE. UU., el Reino Unido y Alemania, han expresado una seria preocupación por la medida. El secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, la calificó de “totalmente incorrecta”, mientras que el jefe de Unrwa, Philippe Lazzarini, dijo que “solo profundizará el sufrimiento de los palestinos”.
El Departamento de Estado de EE. UU. dijo que Unrwa desempeñaba un papel “crítico” en la distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Casi toda la población del enclave, de más de dos millones de personas, depende de la ayuda y los servicios de la agencia.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que “los trabajadores de Unrwa involucrados en actividades terroristas contra Israel deben rendir cuentas”, pero agregó que “la ayuda humanitaria sostenida debe seguir estando disponible en Gaza”.
“Estamos listos para trabajar con nuestros socios internacionales para garantizar que Israel siga facilitando la ayuda humanitaria a los civiles en Gaza de una manera que no amenace la seguridad de Israel”, dijo en X.
Israel ha objetado a Unrwa durante décadas, aunque esta oposición se ha intensificado en los últimos años.
Israel dice que el personal de Unrwa ha colaborado con Hamás en Gaza, y afirmó que 19 trabajadores de Unrwa participaron en los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023.
La ONU investigó la afirmación de Israel y despidió a nueve de los acusados, pero dijo que Israel no había proporcionado pruebas para acusaciones más amplias. Unrwa ha negado la colusión, diciendo que las relaciones con Hamás son puramente para permitir a la agencia hacer su trabajo.
El parlamento de Israel, la Knéset, aprobó por abrumadora mayoría las dos leyes el lunes por la noche.
Al presentar la legislación, Yuli Edelstein, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad de la Knéset, acusó a Unrwa de ser utilizada como una “cobertura para acciones terroristas”.
“Existe una profunda conexión entre la organización terrorista (Hamás) y Unrwa, y Israel no puede tolerarlo”, dijo en el parlamento.
Unrwa, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, ha brindado durante décadas una variedad de servicios y apoyo, incluida atención médica y educación, a millones de palestinos en Gaza.
Desde que estalló la guerra el año pasado, la presencia de la agencia en el terreno la ha convertido en una parte crucial de los esfuerzos para obtener suministros humanitarios para los civiles allí, casi todos los cuales dependen de la ayuda para sobrevivir.
El Comisionado General de Unrwa, Philippe Lazzarini, condenó la votación del lunes en el parlamento israelí como “sin precedentes”, y dijo que “se opone a la Carta de las Naciones Unidas y viola las obligaciones del Estado de Israel en virtud del derecho internacional”.
Dijo que la gente en Gaza ya había soportado “un infierno absoluto”, añadiendo: “Privará a más de 650,000 niñas y niños de educación, poniendo en riesgo a toda una generación de niños”.
Aproximadamente dos millones y medio de palestinos están registrados en Unrwa en Cisjordania ocupada por Israel, incluido Jerusalén Este, y en la Franja de Gaza.
En el norte de Gaza, donde las tropas israelíes están llevando a cabo operaciones militares contra los combatientes de Hamás, cientos de miles de personas viven en condiciones cada vez más desesperadas.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, dijo el viernes que “el ejército israelí está sometiendo a toda una población a bombardeos, sitio y riesgo de inanición”.
Muchos palestinos creen que el ejército israelí está implementando un plan de “rendición o morir” en el norte de Gaza, que contemplaría el desplazamiento forzado de los aproximadamente 400,000 civiles allí hacia el sur, seguido de un asedio de los combatientes de Hamás que quedaran.
El ejército israelí ha negado tener tal plan y dice que se asegura de que los civiles se mantengan fuera de peligro.
Israel lanzó una campaña para destruir a Hamás en respuesta a su ataque del 7 de octubre a Israel, en el que murieron alrededor de 1,200 personas y otras 251 fueron tomadas como rehenes.
Más de 42,710 personas han muerto en Gaza desde entonces, según el ministerio de salud dirigido por Hamás en el territorio.