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El gabinete de la primera ministra Giorgia Meloni está recurriendo a los bancos y aseguradoras de Italia para financiar €3.5 mil millones de su presupuesto, en un nuevo plan diseñado para cumplir con las promesas electorales hechas a los votantes.
La mayor parte del monto se recaudará posponiendo las deducciones fiscales debidas a los bancos, según personas familiarizadas con el asunto. Ese movimiento, anticipado antes del anuncio, probablemente no impactará significativamente en la rentabilidad de los bancos, según analistas.
“Como prometimos, no habrá impuestos nuevos para los ciudadanos”, dijo Meloni en una publicación en X el martes. “€3.5 mil millones de los bancos y compañías de seguros se destinarán a la salud y a los más vulnerables”.
No especificó cómo se recolectaría ese dinero ni en qué plazo. El Ministerio de Hacienda confirmó que el sector financiero ayudará a cubrir el gasto, pero tampoco proporcionó detalles. El ministro de Finanzas Giancarlo Giorgetti tiene programada una conferencia de prensa el miércoles a las 11 a.m. en Roma.
Oggi, in Consiglio dei Ministri, abbiamo varato la legge di bilancio, un intervento che mette al centro i cittadini, le famiglie e il rilancio della nostra Nazione.
Come avevamo promesso, non ci saranno nuove tasse per i cittadini. Inoltre, rendiamo strutturale il taglio delle… pic.twitter.com/scgmgnzBw9
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) October 15, 2024
El presupuesto fue acordado por los ministros en una reunión tardía el martes, justo a tiempo para cumplir con el plazo para presentar el plan para la revisión de la Unión Europea. Las medidas aún deben ser sometidas al parlamento para su aprobación.
El resultado, en un paquete con un valor bruto de €30 mil millones ($33 mil millones) para 2025, pone fin a semanas de agonía del gobierno sobre cómo reconciliar la promesa de acelerar la reducción del déficit de Italia con la necesidad política de cumplir con costosas promesas electorales.
Esas promesas incluyen una reducción de la cuña fiscal —la diferencia entre lo que los trabajadores cuestan a los empleadores y lo que se les paga— y ayuda a los hogares de bajos ingresos y a las pequeñas empresas.
El gobierno también está aumentando el gasto en defensa y en atención médica.
El anuncio cristaliza un objetivo de Giorgetti, miembro de la Liga, que es un socio menor en la coalición gobernante, de entregar un presupuesto que coseche “sacrificios de todos” con todas las partes de la sociedad colaborando, según lo describió este mes en una entrevista con Bloomberg.
Las medidas del sector financiero funcionarán a través del aplazamiento de los activos fiscales diferidos, dijeron personas familiarizadas con el asunto, hablando bajo condición de anonimato porque los detalles aún no se han hecho públicos.
El gobierno congelará la absorción de los activos fiscales diferidos garantizados por el estado por pérdidas crediticias anteriores, IFRS9 y fondo de comercio, retrasando su deducibilidad durante los próximos dos años, y su recuperación se extendería durante un período diferido a partir de 2027.
“Esto tendrá un pequeño impacto en el desarrollo del capital de los bancos y no tendrá un efecto significativo en la rentabilidad”, escribió Azzurra Guelfi, analista de Citigroup Inc. en un comunicado.
Las acciones bancarias apenas registraban cambios en las primeras operaciones en Milán el miércoles.
Un portavoz del Ministerio de Finanzas no devolvió de inmediato las solicitudes de comentarios.
El jefe de la Liga, Matteo Salvini, quien también es viceprimer ministro, declaró el golpe a los bancos y aseguradoras como una “victoria” para su partido, según una publicación en X.
✅VITTORIA LEGA!
Previsti in manovra economica 3,5 miliardi da banche e assicurazioni da investire in Sanità, come la Lega ha sempre auspicato.
Bene così. pic.twitter.com/3pv9ZNqxC6
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) October 15, 2024
Al recurrir a los bancos, Giorgetti está retomando un objetivo anterior del gobierno, que los ha señalado repetidamente por beneficiarse de manera excesiva de un entorno de altas tasas de interés.
En la primera mitad del año, las ganancias en el mayor prestamista de Italia, Intesa Sanpaolo SpA, aumentaron un 13% respecto al año anterior. En UniCredit SpA, su rival siguiente más grande, aumentaron cerca del 20%.
Sin embargo, intentos anteriores de gravar a los bancos no han funcionado. El año pasado, una propuesta inesperada para hacerlo fracasó tras una importante caída en las acciones italianas. Giorgetti prometió que no habría una repetición de ese error, y la Asociación Bancaria Italiana ha trabajado con funcionarios del gobierno en las últimas semanas en una solución para contener cualquier repercusión.
La “medida aprobada confirma que no habrá impuestos bancarios sobre beneficios adicionales, justo cuando las tasas de interés están comenzando su descenso, sino más bien una medida de liquidez, en línea con la propuesta inicial hecha por la asociación bancaria italiana, que consideramos soportable para el sector”, dijo el analista de Mediobanca SpA, Andrea Filtri, en un comunicado.
Giorgetti también está buscando más dinero recortando gastos en la administración pública.
La necesidad de mejorar las finanzas de Italia se ha vuelto más urgente desde que fue colocada en un régimen especial de monitoreo por funcionarios de Bruselas por tener déficits muy por encima del límite del 3% del producto interno bruto de la Unión Europea.
En un intento por reconstruir la credibilidad fiscal, Giorgetti aceleró el calendario para eso, prometiendo llevar los déficits por debajo de ese techo para 2026 y comenzar a reducir su enorme deuda un año después.
Hasta ahora, a diferencia de la alarma de los inversores en torno a Francia en las últimas semanas, Italia ha logrado tranquilizar a los mercados financieros. La diferencia entre los bonos italianos a 10 años y los de Alemania — una medida clave de riesgo en la región — tocó los 124 puntos básicos el martes, el más bajo desde marzo.
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