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Las acciones chinas alcanzaron su nivel más alto en más de dos años el martes, ya que Beijing prometió más apoyo para la economía y las expectativas de los inversores de un mayor estímulo seguían siendo altas.
El índice CSI 300 de blue-chips del continente abrió con un aumento del 10.8 por ciento después de estar cerrado desde el martes pasado por unas vacaciones de una semana. Retrocedió para operar un 7 por ciento más alto a última hora de la mañana, ya que Beijing no llegó a anunciar un nuevo estímulo fiscal significativo.
Las expectativas habían crecido entre los inversores de que los funcionarios chinos delinearan un mayor apoyo para la economía para complementar un estímulo monetario lanzado a finales de septiembre, lo que hizo que las acciones chinas se dispararan a su mejor semana desde 2008.
El índice Hang Seng de Hong Kong, que estuvo abierto la mayor parte de la semana pasada, cayó hasta un 9 por ciento en la sesión de la mañana después de haber subido un 11 por ciento en los últimos 5 días.
“Ahora que el continente está abierto, la gente está vendiendo en Hong Kong para financiar la compra de las verdaderas acciones chinas en el continente,” dijo un operador asiático que no quiso ser identificado.
El rally de política de China ha restaurado un cierto optimismo en los mercados de valores del país. Instituciones financieras globales como Goldman Sachs, Citi y HSBC se han vuelto más optimistas y han elevado sus objetivos de rendimiento de acciones chinas.
Zheng Shanjie, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el planificador económico estatal de China, dijo a los periodistas en Beijing el martes que tenía “plena confianza” en que el país alcanzaría su objetivo de crecimiento anual oficial de alrededor del 5 por ciento.
Prometió priorizar el consumo y expandir la demanda interna, así como brindar un apoyo más profundo a los pobres y a los estudiantes de China.
Zheng también dijo que el gobierno chino seguiría emitiendo bonos soberanos ultra largos en 2025, en una indicación de un mayor apoyo para la economía.
Dijo que el gobierno adelantaría alrededor de Rmb200bn ($28bn) del presupuesto del próximo año para gastos y proyectos de inversión. También señaló un ritmo más rápido de emisión de bonos para apoyar el crecimiento.
Pero Alicia García-Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico de Natixis, dijo que el mercado estaría decepcionado por la falta de gasto fiscal “nuevo”.
“Esto es lo que sucede cuando alimentas al monstruo,” dijo. “Cada día necesitas aumentar la cantidad de comida o se vuelve en tu contra.”
Las perspectivas de China de alcanzar su objetivo de crecimiento del PIB anual, el más bajo en décadas, han sido cuestionadas este año mientras la administración del presidente Xi Jinping luchaba por reavivar la confianza entre los consumidores y las empresas en la segunda economía más grande del mundo.
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Anteriormente el martes, el Banco Mundial dijo que mantenía su proyección de crecimiento del 4.8 por ciento para China en 2024. El prestamista multilateral proyecta que el crecimiento del PIB de China se desacelerará el próximo año al 4.3 por ciento.
Aaditya Mattoo, economista jefe del Banco Mundial para Asia Oriental y el Pacífico, dijo que las medidas de estímulo de las últimas semanas “no son un sustituto de las reformas estructurales más profundas necesarias para impulsar un crecimiento a más largo plazo”.
“Dado el tiempo de anticipación para la implementación de la política fiscal, la mayor parte de las medidas [y] los ingresos de bonos se trasladarán al próximo año,” dijo. “Y aun así, es posible que los consumidores sean reacios a derrochar porque una transferencia única no impulsaría los ingresos a largo plazo o abordaría las preocupaciones sobre el envejecimiento, enfermedad y desempleo.”
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