ADDIS ABABA, Etiopía (AP) — Miles de etíopes se reunieron en la capital el jueves para celebrar un festival religioso anual distinguido por la iluminación de hogueras según las creencias de los fieles cristianos ortodoxos locales.
Las celebraciones nacionales del festival, conocido como Meskel, tradicionalmente tienen lugar en una plaza del mismo nombre en Addis Ababa. Es una de las fiestas religiosas más celebradas de Etiopía, marcada con rituales y alegría en todo el país.
Las festividades continuarán hasta el viernes, un día festivo nacional durante el cual los fieles asisten a los servicios de la iglesia y comparten momentos íntimos con sus familias.
En las celebraciones de Meskel —una palabra en el idioma amárico local que significa “cruz”— se queman hogueras en todo el país. En la plaza Meskel el jueves, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo encendió una grande en presencia de miles de creyentes en trajes blancos.
En toda Etiopía, muchos se reúnen en plazas públicas y cerca de iglesias para encender hogueras similares con pilas de troncos, hojas secas y hierba. Las oraciones y ceremonias religiosas son seguidas por un festín de “kitfo”, una carne picada magra algo similar al tártaro de carne que se saborea como parte de las festividades de Meskel.
Según las creencias de la iglesia, el festival celebra la cruz en la que Jesús fue crucificado y su recuperación por Santa Elena, madre del Emperador Constantino. La historia cuenta que Santa Elena tuvo una revelación en un sueño que le indicaba que encendiera una hoguera y siguiera el humo para encontrar la cruz enterrada en Jerusalén.
Meskel ha sido inscrito por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El festival de este año llega en un momento difícil para Etiopía, el segundo país más poblado de África y uno de los más grandes sin salida al mar en el mundo. Los esfuerzos del primer ministro Abiy Ahmed para asegurar el acceso al mar a través de la región semiautónoma de Somalilandia han enfurecido a las autoridades en Somalia que ven el movimiento como un acto de agresión.
Al mismo tiempo, Etiopía está en desacuerdo con Egipto por la gran presa en el río Nilo que las autoridades en El Cairo dicen que disminuirá su parte del agua tan necesaria del Nilo. Las disputas han aumentado las tensiones en el Cuerno de África en las últimas semanas.
Abiy también ha chocado con la Iglesia Ortodoxa Cristiana, que lo criticó por aparentes excesos de las fuerzas gubernamentales en la brutal guerra en la región norteña de Tigray. Ese conflicto terminó con un acuerdo de paz en 2022. Una nueva insurgencia surgió en 2023 cuando las tropas gubernamentales intentaron desarmar a las milicias locales en la región de Amhara, que comparte una frontera con Tigray.
Algunos celebrantes de Meskel dijeron que el festival presenta una oportunidad para considerar la paz.
“La importancia de la celebración de Meskel para los etíopes es que reflexionemos sobre la idea de la paz,” dijo Berhanu Admass, un diácono de la iglesia. “Esto es para que abracemos el perdón y oremos por nuestra pacífica convivencia, tal como está definida de manera única y hermosa para nosotros por la esperanza que Meskel es y representa.”
Se espera una celebración más grande de Meskel el viernes en la Zona de Gurage en el sur de Etiopía, donde Meskel ha tenido una importancia particular. La administración de la Zona de Gurage dijo que espera que cientos de miles de turistas viajen allí.
Everton Gordon, un jamaicano-canadiense que ha celebrado previamente Meskel en Canadá, dijo que marcar las vacaciones en Etiopía es una experiencia única. Las grandes hogueras van a ser “el punto culminante,” dijo.
Azeb Bisrat, de Etiopía, y sus hijos volaron a Addis Abeba desde Gonder, una ciudad en Amhara que ha sido testigo de intensos enfrentamientos en los últimos meses. Dijo que algunos miembros de su familia extendida no pudieron viajar debido a preocupaciones de seguridad.
“Como una gran familia, a menudo conducíamos a Addis Ababa para participar en un ritual tan importante, pero los últimos años han hecho que ese viaje sea casi imposible,” dijo.
Luleseged Tadesse, residente de CMC, un suburbio de Addis Ababa, dijo que aunque no pudo asistir a la gran celebración en la Plaza Meskel, había movilizado a sus vecinos, incluidos sudaneses musulmanes y refugiados sirios, para participar en la celebración. Esos vecinos escaparon de conflictos en sus países.
“Todos los vecinos han contribuido al festival con lo que pueden y vamos a encender una hoguera, sacrificar una oveja y rezar en nuestras propias religiones por días mejores para Sudán, Siria y Etiopía,” dijo. “Tal celebración une a los vecinos, nos hace actuar como una familia y ver lo mejor en los demás.”
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