Desbloquea el Editor’s Digest de forma gratuita
Roula Khalaf, Editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
El economista jefe de la OCDE ha dicho que el Reino Unido debería reescribir las reglas fiscales “cortoplacistas” para permitir una mayor inversión pública que impulse el crecimiento, lo que supondría un impulso para la canciller del Reino Unido, Rachel Reeves, antes del Presupuesto del próximo mes.
Alvaro Pereira dijo el miércoles que las reglas fiscales del Reino Unido, aunque destinadas a mantener la deuda gubernamental bajo control, podrían ser contraproducentes.
Las reglas británicas se basan en un horizonte de cinco años móvil, lo que, según Pereira, da a los ministros un incentivo para retrasar los recortes en el gasto diario, pero dificulta justificar las inversiones a largo plazo.
“Las reglas existentes del Reino Unido pueden tender al cortoplacismo y a un deterioro potencial de las finanzas públicas a largo plazo”, dijo al Financial Times.
“Parte del problema identificado en el Reino Unido es la necesidad de mejorar la infraestructura y aumentar la productividad”, añadió.
Pereira hizo sus comentarios cuando la OCDE, con sede en París, un grupo de reflexión para 38 países ricos, publicó nuevas previsiones de crecimiento e inflación en las principales economías que mostraron al Reino Unido entre los mejores intérpretes.
La advertencia de la OCDE podría ayudar a Reeves a argumentar la necesidad de replantear el marco fiscal del país, algo que ella ya ha indicado que está considerando, cuando presente el Presupuesto del próximo mes.
El gobierno laborista ha advertido a los votantes que esperen “elecciones difíciles” como subidas de impuestos para hacer frente a lo que caracteriza como un agujero negro de 22.000 millones de libras en las cuentas públicas dejado por los conservadores.
La canciller ha adoptado una regla fiscal que requiere que el gasto diario se equilibre con los ingresos fiscales, permitiendo pedir prestado para inversión.
Pero también ha dicho que impondrá una segunda regla más estricta que exige que la deuda caiga como porcentaje del PIB entre el cuarto y quinto año de la previsión oficial.
Reeves insinuó esta semana que podría modificar sus reglas fiscales para dar cabida a nuevos gastos en capital, al decir en la conferencia del Partido Laborista que el Presupuesto marcaría “el fin de la baja inversión que alimenta la decadencia”. Añadió que era hora de que el Tesoro comenzara a contar los beneficios de la inversión, no solo los costos.
Recomendado
La OCDE argumentó, en una encuesta de la economía del Reino Unido publicada este mes, que fijar objetivos en un horizonte de cinco años móvil lleva a una “política fiscal subóptima”.
Agregó que, por diseño, “la fecha real para cumplir un objetivo móvil nunca llega… lo que, en cada punto temporal, crea fuertes incentivos para implementar una política fiscal más laxa en los años cercanos y posponer la consolidación”.
El informe de la OCDE dijo que el Reino Unido debería considerar acortar el horizonte temporal de las reglas fiscales, al tiempo que establece condiciones claras para cuándo podrían suspenderse para hacer frente a los choques económicos.
También sugirió al Tesoro que podría considerar medidas como el patrimonio neto del sector público, que tiene en cuenta “lo que el gobierno posee y lo que debe”, para ayudarlo a tener una visión más amplia de la sostenibilidad de la deuda.
Pereira dijo que la economía del Reino Unido ya estaba creciendo más rápido de lo que la OCDE había esperado cuando publicó sus previsiones por última vez en mayo, proyectando ahora que el PIB se expandirá un 1,2 por ciento en 2024 y un 1 por ciento en 2025.
Sin embargo, la inflación es probable que resulte más pegajosa en el Reino Unido que en cualquier otra economía del G7 según las proyecciones de la OCDE, con un promedio del 2,7 por ciento en 2024 y del 2,4 por ciento en 2025.
La OCDE dijo que el crecimiento global del PIB había seguido siendo resiliente y se estabilizaría en el 3,2 por ciento en 2024 y 2025, aunque con una marcada división transatlántica, con la economía estadounidense superando a una eurozona estancada.