Las optimistas noticias económicas del trabajo llegan antes de lo esperado | Noticias del Reino Unido

Y ahora…la parte optimista.

El plan de Labor, al llegar al gobierno, siempre fue comenzar con lo que a veces se llama “tirar la casa por la ventana”: sacar todas las malas noticias (junto con el fregadero). La idea era que no solo esto sacaría todas las decisiones difíciles y impopulares de una vez, la mayoría de esto podría ser culpa de los Conservadores. Entonces, este primer presupuesto, el que se acerca a finales de octubre, siempre fue pensado para ser un poco sombrío.

Pero eso siempre se suponía que sería seguido, relativamente pronto, con cosas más optimistas. Más dinero para inversión, una revisión de gastos que cubriría los próximos años y una serie de proyectos de capital de marca Laborista para reemplazar los proyectos de marca Tory que Rachel Reeves estaba anulando en su evento de “herencia/agujero negro”.

Sin embargo, la reacción al anuncio del “agujero negro” ha sido tan significativa que Labor está avanzando con las cosas más optimistas un poco antes de lo esperado. Como resultado, hoy la canciller habló mucho más sobre “cambio” y “crecimiento” que en sus apariciones públicas anteriores. Anunció que pronto el gobierno presentará un documento de estrategia industrial que establecerá los sectores que apoyará mientras el Reino Unido avanza hacia cero emisiones netas.

Además, hubo algunos anuncios más pequeños que pretendían ser un pequeño aperitivo para los leales a Labor mientras esperan el presupuesto. En particular, la promesa del manifiesto de clubes de desayuno financiados por el Estado en las escuelas primarias comenzará a ponerse en acción, con un programa piloto a partir de abril que cubrirá 750 escuelas.

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El problema de la canciller es que la magnitud de esa promesa es, francamente, insignificante: solo £7 millones, que, en términos del panorama fiscal más grande, es poco más que un error de redondeo. Y los otros compromisos en su discurso, en particular el anuncio de un próximo documento de estrategia industrial, no son políticas concretas y costeadas, sino promesas de políticas en el futuro.

Ahora, en cierto sentido, esto no es culpa de Labor. La economía del Reino Unido está plagada de todo tipo de problemas: un sistema de planificación esclerótico, baja inversión, mala infraestructura y, sobre todo, débil crecimiento de la productividad. Resolver ese tipo de problemas profundamente arraigados implica reformas aburridas y a largo plazo, como reformar el sistema de planificación para que sea más fácil construir infraestructura y viviendas. Eso lleva tiempo. Tardará muchos años en dar frutos.