Algo divertido pasó el jueves: Donald Trump articuló mejor el plan económico de Kamala Harris que Kamala Harris.
Para parafrasear la crítica favorita de la izquierda hacia todo lo relacionado con Trump, fue “extraño”. Peor aún, fue un recordatorio contundente de cuánto está en juego cuando los estadounidenses van a las urnas para elegir a su próximo presidente. Realmente necesitan pensar detenidamente antes de permitir que alguien como “Comrade Kamala”, para utilizar el nombre favorito de Trump para su oponente, se acerque al centro del poder.
Llegué a esa conclusión mientras escuchaba el discurso económico detallado y amplio de Trump ese día en un almuerzo patrocinado por el Economic Club de Nueva York. Me sorprendió no solo el dominio de Trump en cuestiones económicas, sino también cuánto Harris ha estado dejando que sea su oponente quien explique cómo planea dirigir una economía de 28 billones de dólares.
Me hace pensar que ella o bien no tiene un plan o no es lo suficientemente inteligente para explicar lo que sus asesores están ideando.