¿Puede la Captura de Carbono Cumplir con las Expectativas?¿La Captura de Carbono Está a la Altura de la Publicidad?

Los líderes mundiales en las reuniones climáticas anuales de las Naciones Unidas han luchado durante años por determinar si deberían “eliminar gradualmente” los combustibles fósiles como el carbón o simplemente reducirlos “gradualmente”.

Ahora, otra frase ha tomado el centro de atención en la cumbre de este año en Dubái: ¿Deberían los países acordar poner fin al uso incontrolado de los combustibles fósiles?

Esa peculiar elección de palabras podría permitir a las naciones continuar quemando carbón, gas natural o petróleo siempre que atrapen y entierren el dióxido de carbono resultante, y eviten que el gas caliente el planeta.

Una gran disputa es el papel que debería desempeñar esta tecnología, conocida como captura y almacenamiento de carbono, en la lucha contra el calentamiento global. Algunos productores de petróleo y gas dicen que debería ser central en la planificación para el futuro. Otros, incluidos muchos activistas y líderes mundiales, descartan la captura de carbono como demasiado poco comprobada y arriesgada.

Algunos estudios recientes han encontrado que la captura de carbono puede ser una herramienta valiosa para reducir las emisiones de ciertas actividades, como la fabricación de cemento. Pero su uso es probable que sea limitado: sería casi imposible para los países seguir quemando combustibles fósiles a tasas actuales y capturar u compensar hasta el último átomo de dióxido de carbono que se libera al aire. La tecnología es costosa y, en muchos casos, existen mejores alternativas.

A pesar de miles de millones de dólares en inversiones, países e industrias también han tenido dificultades para poner en marcha proyectos de captura de carbono hasta ahora. A menos que eso cambie rápidamente, los expertos dicen que la tecnología podría desempeñar un papel más marginal en los esfuerzos climáticos.

“La captura y almacenamiento de carbono definitivamente podría ser una tecnología crítica”, dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía. “Pero la historia de la captura de carbono hasta la fecha ha sido en gran medida una decepción.”

El (limitado) papel de la captura de carbono

En septiembre, la AIE publicó un detallado plan de ruta sobre lo que se necesitaría para reducir casi a cero las emisiones energéticas del mundo para mediados de siglo con el fin de disminuir el riesgo de perturbaciones climáticas catastróficas.

En ese plan de ruta, la captura de carbono representaba solo el 8 por ciento de las reducciones totales de emisiones del mundo entre hoy y 2050. Por el contrario, la gran mayoría de las reducciones vendrían de los países que se alejaran por completo de los combustibles fósiles: confiando más en la energía eólica y solar para la electricidad e intercambiando autos de gasolina por eléctricos.

El costo es una razón. En teoría, las empresas podrían conectar un dispositivo de captura de carbono a casi cualquier fábrica o planta de energía que queme combustibles fósiles hoy. Pero en la práctica, a menudo es más barato cerrar una central eléctrica de carbón y reemplazarla con alguna combinación de energía eólica, solar y baterías, o cambiar una caldera de gas por una bomba de calor eléctrica.

Aun así, hay casos en los que la captura de carbono podría ser la mejor opción. Uno de ellos podría ser los hornos de cemento, que liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a medida que transforman la piedra caliza en cemento. Algunos productores de acero están explorando la captura de carbono como una forma de reducir sus emisiones. Las empresas eléctricas podrían utilizar plantas de gas con captura de carbono para respaldar la energía intermitente de eólica y solar.

Muchos investigadores difieren en sus estimaciones de cuánta captura de carbono probablemente se necesitará, pero todos están de acuerdo en una cosa: el uso total de combustibles fósiles tendrá que caer drásticamente no importa qué para mantener el calentamiento global a niveles relativamente bajos.

La captura de carbono ha sido lenta en crecer

Incluso si la captura de carbono termina desempeñando solo un papel secundario en la lucha contra el cambio climático, la tecnología aún tendría que expandirse muy rápidamente para hacerlo.

Ahora mismo, no está en camino.

A nivel mundial, las empresas industriales capturan alrededor de 45 millones de toneladas al año, la mayoría de pequeñas plantas de procesamiento de gas natural. En los últimos años, impulsadas por nuevos incentivos en Estados Unidos y Europa, las empresas han propuesto una oleada adicional de grandes proyectos nuevos que, de construirse, aumentarían la capacidad de captura a más de 400 millones de toneladas por año para 2030.

Pero eso está muy por debajo de las 1.000 millones de toneladas al año que los países necesitarían capturar y almacenar para finales de la década en el plan de ruta de emisiones netas cero de la AIE.

Y no todos los proyectos anunciados necesariamente serán construidos. Solo una pequeña fracción, que equivale al 6 por ciento de la capacidad, han tomado una decisión de inversión final. Los proyectos son complicados de planificar, requiriendo coordinación entre diferentes empresas que capturan, transportan y, finalmente, entierran el dióxido de carbono.

“La complejidad operativa de estos proyectos puede ser un gran obstáculo”, dijo Paola Pérez Peña, analista principal de investigación de S&P Global Commodity Insights. “Muchos proyectos han anunciado su intención de capturar dióxido de carbono, pero aún necesitas desarrollar un sitio de almacenamiento. Y eso puede crear una dinámica de huevo o gallina: ¿quién pondrá el dinero primero?”

En Estados Unidos, los legisladores recientemente ampliaron los créditos fiscales para empresas que capturen dióxido de carbono de las chimeneas, y un número creciente de empresas de etanol, fertilizantes e hidrógeno están buscando utilizar la tecnología. Pero en el Medio Oeste, los propietarios de terrenos y los ambientalistas se han opuesto a nuevos oleoductos para transportar el dióxido de carbono a los sitios de eliminación. Las empresas que desean abrir nuevos pozos de almacenamiento subterráneo han criticado un lento proceso de permisos federales.

Algunos expertos dicen que la tecnología podría resultar útil en China, que produce aproximadamente la mitad del cemento y acero del mundo. Pero aparte de algunos proyectos de demostración, China todavía no ha desarrollado un plan para implementar la captura de carbono a gran escala.

“China se enfrenta a un exceso masivo con todas las plantas de carbón que ha construido, y muchas de ellas siguen siendo nuevas, por lo que, si no se retiran esas plantas, existe un considerable atractivo para usar la captura de carbono”, dijo Roman Kramarchuk, jefe de perspectivas energéticas futuras en S&P Global Commodity Insights. “Pero no hemos visto a China desarrollar una política integral todavía.”