La guerra y la enfermedad han estado cruelmente entrelazadas desde que los humanos se han enfrentado en el campo de batalla, y en la Franja de Gaza, la polio está acechando ahora a una población que durante casi 11 meses ha estado huyendo de bombardeos implacables.
Bajo la creciente presión internacional para evitar un brote de la enfermedad paralizante, Israel, que ha rechazado gran parte de las críticas sobre su manejo de la guerra, se está moviendo con relativa prisa. Los funcionarios israelíes acordaron esta semana pausas temporales y localizadas en los enfrentamientos para permitir que los trabajadores humanitarios de Naciones Unidas entreguen vacunas a 640,000 niños.
En un conflicto donde las partes en guerra no han estado de acuerdo en casi nada, Hamas dice que también cumplirá con las pausas escalonadas en los enfrentamientos, que están programadas para comenzar el domingo.
Pero los funcionarios de salud advierten que el plan tiene enormes desafíos. Gran parte de la infraestructura de Gaza está en ruinas, cientos de miles de palestinos viven en refugios temporales y los trabajadores humanitarios han sido atacados mientras intentaban entregar suministros.
Los riesgos se pusieron de manifiesto el jueves cuando las fuerzas israelíes atacaron parte de un convoy humanitario en Gaza, matando a cuatro personas, según Anera, una organización sin fines de lucro estadounidense que organizó los camiones. El convoy transportaba alimentos y combustible a un hospital dirigido por Emiratos Árabes Unidos en el sur de Gaza y había coordinado previamente con las autoridades israelíes, dijo la organización en un comunicado.
El ejército israelí dijo que “individuos armados” se habían unido a uno de los vehículos en el convoy y que llevó a cabo un ataque dirigido contra ellos.
El acuerdo para la campaña de vacunación y la pausa en los enfrentamientos se materializó seis semanas después de que la Organización Mundial de la Salud dijera por primera vez que se habían encontrado rastros del virus de la polio en las aguas residuales de Gaza. Hace dos semanas, se confirmó que un niño de casi un año era el primer caso de polio en Gaza en 25 años, lo que le da urgencia a la necesidad de vacunaciones masivas contra la enfermedad, que puede causar parálisis y muerte.
Un brote agregaría a los graves desafíos humanitarios que enfrentan 2,2 millones de palestinos en Gaza, y probablemente provocaría más condenas internacionales a Israel por las fuertes restricciones en tiempo de guerra que ha impuesto en el territorio. El resurgimiento de la enfermedad, que ha sido erradicada en casi todo el mundo, refleja el costo de los bombardeos israelíes que han destruido los sistemas de agua y desechos de Gaza.
Para indicar la preocupación global, el secretario de Estado Anthony J. Blinken utilizó su visita a Israel la semana pasada para presionar al primer ministro Benjamin Netanyahu para que aceptara las pausas, dijo un funcionario de Estados Unidos. Netanyahu estuvo dispuesto a pausas breves y limitadas, y dejó claro que no aceptaría un alto el fuego en toda Gaza, dijo el funcionario.