Japón, una vez una potencia en la fabricación de chips, ha intentado revitalizar su industria de semiconductores en los últimos años en un intento por ser más competitivo frente a países como Taiwán y Corea del Sur.
El gobierno japonés ha ofrecido subsidios para atraer a fabricantes de chips extranjeros como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), para que se establezcan en Japón con el objetivo de ayudar a mejorar el sector chipmaking nacional. También está el financiamiento masivo de 920 mil millones de yenes ($6.2 mil millones) para Rapidus, un fabricante de semiconductores establecido en 2022 cuyo objetivo es producir chips avanzados a nivel nacional.
Y el viernes, el gobierno de Japón anunció que está expandiendo su lista de “sectores empresariales clave” y aplicará regulaciones comerciales extranjeras a empresas que fabriquen equipos para la fabricación de chips o componentes electrónicos avanzados, una medida que puede interpretarse como un intento de fortalecer la seguridad de la cadena de suministro de semiconductores de Japón.
Ahora se requiere que los inversores extranjeros presenten una notificación previa al llevar a cabo inversiones directas que adquieran el 1% o más de los derechos de voto de una empresa cotizada, o al adquirir una participación en una empresa no cotizada.
La lista de sectores empresariales clave está supervisada por el Ministerio de Finanzas. La lista abarca sectores considerados de alto interés para la seguridad nacional, y estar incluido en la lista tiene como objetivo ayudar a garantizar cadenas de suministro estables y prevenir fugas de tecnología o desvíos de tecnologías comerciales hacia usos militares. Otros sectores agregados a la lista el viernes incluyen aquellos que fabrican componentes de herramientas de máquinas como tornillos de bolas, y empresas que fabrican motores marinos.
La industria de semiconductores de Japón
Japón puede que actualmente no tenga una empresa que domine la fabricación de chips a nivel mundial como lo hace TSMC para Taiwán o Samsung para Corea del Sur, pero el país tiene una larga historia en el espacio de los semiconductores.
En la década de 1980, seis de los diez principales fabricantes de chips eran japoneses, y Japón controlaba aproximadamente la mitad del mercado en 1988. Una mezcla de cambios en las tendencias del mercado, nueva competencia y presión geopolítica finalmente erosionó la posición dominante de Japón en el mercado.
A pesar de eso, Japón sigue desempeñando un papel importante en el ecosistema global de semiconductores, ya que las empresas japonesas siguen siendo actores importantes en la provisión de materiales y equipos para fabricar semiconductores.
Empresas como Shin-Etsu Chemical o Tokyo Ohka Kogyo pueden que no sean familiares para muchas personas, pero estas empresas son jugadores importantes que suministran material para la fabricación de chips. Se estima que los proveedores japoneses de materiales tienen aproximadamente una participación del 48% en el mercado.
Empresas como Tokyo Electron, Lasertec y Nikon, también proporcionan máquinas y herramientas que los fabricantes de chips utilizan durante el proceso de fabricación de chips.
Morris Chang, el fundador de TSMC, predijo que la nueva instalación de TSMC en Japón desencadenaría un “renacimiento de chips” para el país.
El papel que las empresas japonesas tienen dentro de la industria de semiconductores también es reconocido por Washington, ya que la administración Biden ha presionado supuestamente a Tokio para que refuerce las restricciones sobre las exportaciones de equipos para la fabricación de chips a China.
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