Se busca: un “líder excepcional” con experiencia en la policía, inteligencia o el ejército, listo para abordar uno de los problemas más espinosos de la política británica.
Días después de llegar al poder, el gobierno británico está reclutando un jefe para un nuevo Comando de Seguridad Fronteriza para “desmantelar”, dice la descripción del trabajo, a las bandas de contrabando que ayudan a los solicitantes de asilo a llegar desde Francia en pequeños botes, a menudo inseguros.
La búsqueda del comandante de seguridad fronteriza es la primera acción tomada por el nuevo gobierno laborista para abordar los desembarcos no autorizados que se han convertido en un símbolo vergonzoso del fracaso de Gran Bretaña para controlar sus fronteras.
La inmigración es un tema políticamente divisivo en toda Europa y en Gran Bretaña, el tema de los migrantes que llegan en botes pequeños impulsó las ganancias en las elecciones generales de la semana pasada del partido antiinmigración Reforma UK, liderado por Nigel Farage.
El nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, también ha abandonado un costoso plan promovido por el gobierno de su predecesor, Rishi Sunak, para enviar a Ruanda a decenas de miles de solicitantes de asilo que han llegado a la costa sur de Inglaterra. El Sr. Starmer describió el plan, que fue detenido por desafíos legales que impidieron que alguien abordara un vuelo, como “muerto y enterrado”.
Esto ha intensificado el enfoque en su estrategia para enfrentar un problema que sus predecesores no lograron abordar.