Funcionarios de salud de Gaza dicen que más de 38.000 personas han muerto en nueve meses de combates entre Israel y Hamás, pero los investigadores también estudian cuántas personas han fallecido como resultado indirecto del conflicto.
Los científicos dicen que esta medida, conocida como muertes en exceso, puede proporcionar una indicación más precisa del impacto y la escala de los conflictos y otras convulsiones sociales. Dicen, por ejemplo, que si una persona muere a causa de una enfermedad crónica porque no puede recibir tratamiento en un centro médico abrumado por la guerra, esa muerte se puede atribuir al conflicto.
La cuestión de las muertes en exceso en Gaza surgió en una carta publicada la semana pasada en la revista médica The Lancet, en la que tres investigadores intentaron estimar cuántas personas habían muerto o morirían a causa de la guerra, además de las muertes informadas por el Ministerio de Salud de Gaza. La carta generó de inmediato un debate, con otros investigadores argumentando cautela en cualquier proyección de este tipo.
Una razón para tener cuidado, dijeron esos investigadores, es que cualquier estimación de muertes en exceso dependería de datos del sector de salud de Gaza, que ha sido devastado por el conflicto. Otra razón, dijeron, es que es difícil predecir cómo evolucionarán las epidemias y el hambre, dos amenazas para la vida humana que pueden desencadenarse por la guerra. Y Israel no ha permitido que los investigadores entren en el enclave desde el inicio de la guerra en octubre pasado.
La carta en The Lancet, que dijo que contar muertes indirectas en Gaza era “difícil pero esencial”, basó su estimación en estudios previos de conflictos recientes, que indicaban que murieron de tres a 15 veces más personas de forma indirecta por cada persona que había muerto violentamente. Aplicando lo que llamaron una “estimación conservadora de cuatro muertes indirectas por una muerte directa”, los autores escribieron que “no es descabellado” estimar que alrededor de 186,000 muertes podrían eventualmente atribuirse al conflicto en Gaza.
La carta, que The Lancet dijo que no había sido revisada por pares, como es el caso con otras cartas que publica, provocó una respuesta significativa. El Consejo de Diputados de Judíos Británicos, que representa a la comunidad judía en Gran Bretaña, dijo que la estimación era “poco más que conjeturas”.
El coronel Elad Goren, un oficial de COGAT, el brazo del ejército israelí que implementa la política en Gaza, evitó una pregunta sobre muertes en exceso.
Salim Yusuf, cardiólogo y epidemiólogo en Canadá que coescribió la carta, dijo en un correo electrónico que la estimación se basaba en estudios de conflictos pasados y reconoció que “inevitablemente, se trata de proyecciones”. “El punto es que los números reales de los muertos serán muy altos”, dijo.
Michael Spagat, profesor de economía en el Royal Holloway College de la Universidad de Londres, quien ha escrito sobre el coste de la guerra en Gaza, escribió en un análisis que la carta “carece de una base sólida y es poco probable”. Argumentó que los autores habían comparado a Gaza con una muestra pequeña y no representativa de otros conflictos, y que las condiciones en Gaza, un territorio pequeño bajo intensa atención internacional, son únicas.