Como periodista con experiencia y conocimientos en las Naciones Unidas y el cambio climático en el ámbito planetario, debo recalcar que la lucha contra el calentamiento global es un desafío que incumbe a todos los países del mundo. Al mismo tiempo que los países ricos enfocan sus esfuerzos en ayudar a los países pobres a hacer la transición lejos del carbón, el petróleo y el gas, las emisiones siguen alcanzando niveles récord y hasta el momento no se ha llegado a un acuerdo que establezca la eliminación de los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático para evitar consecuencias catastróficas según la ciencia.
Los líderes de 650 científicos le escribieron al presidente Biden, mencionando que este es el momento crucial para que los Estados Unidos demuestren un progreso genuino hacia la solución de una crisis fuera de control.
En medio de tensiones entre el lento ritmo del avance y la necesidad de un cambio más rápido lejos de los combustibles fósiles, la cumbre de este año, conocida como COP28, es organizada por un país que está aumentando su producción de petróleo y ha sido acusado de utilizar su posición como facilitador de la cumbre para realizar acuerdos de petróleo y gas en los límites de la negociación. Además, existe desconfianza en los líderes por incumplir promesas hechas en años anteriores, la tarea sigue siendo abrumadora y los signos son alarmantes.
El consenso generalizado es que el mundo está observando de cerca y se espera un progreso real de los líderes mundiales y la comunidad internacional.