La salud bucal es más que una sonrisa; es un componente crítico de la salud y el bienestar general. A pesar de su importancia, casi el 50% del mundo sufre de enfermedades bucales como caries, gingivitis y enfermedad periodontal, a menudo dejando de lado la conexión entre la salud bucal y la salud general.
Esta estadística se vuelve aún más convincente dado que investigaciones adicionales muestran que afecciones como la enfermedad periodontal pueden extenderse mucho más allá de la boca, contribuyendo a importantes desafíos de salud como enfermedades cardíacas, diabetes e infecciones respiratorias. Las implicaciones de la salud bucal descuidada también pueden afectar el bienestar mental y el desarrollo socioeconómico, influyendo en todo, desde la autoestima y las interacciones sociales de un individuo hasta su crecimiento profesional y estabilidad económica.
Para abordar efectivamente este problema, primero debemos reconocer el impacto de la salud bucal en una variedad de resultados de salud. Esta percepción subraya la necesidad urgente de un enfoque más integrado y centrado en la prevención que aborde el papel crítico de la salud bucal.
La carga de las disparidades en la salud bucal
Las disparidades en la salud bucal representan un desafío significativo para la salud pública. La investigación muestra que las principales barreras para acceder al tratamiento dental incluyen el alto costo, la falta de servicios dentales accesibles, el aislamiento geográfico, el miedo, la ansiedad y la baja alfabetización en salud bucal.
Como muchas enfermedades no transmisibles, incluyendo la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, las condiciones bucales son crónicas y se correlacionan fuertemente con poblaciones históricamente desatendidas como niños, ancianos, afroamericanos, latinos e indígenas, entre otros grupos.
Las repercusiones van más allá de la salud, impactando economías y sociedades en general. En 2019, la carga económica de las enfermedades bucales en 194 países fue de $710 mil millones. Eso incluye $387 mil millones en gastos para tratar enfermedades bucales y $323 mil millones en pérdidas de productividad. Las consecuencias sociales son igualmente profundas, con la mala salud bucal contribuyendo a la baja asistencia escolar, las interrupciones en la vida familiar y la disminución de la productividad laboral.
Ignorar estos problemas de salud bucal no solo empeora la calidad de vida de estos grupos vulnerables, sino que también impone cargas económicas considerable, y potencialmente evitables. Abordar estas disparidades no solo es una cuestión de mejorar los resultados de salud, sino un imperativo económico que puede conducir a beneficios sociales más amplios.
Un enfoque unificado para cerrar la brecha en la atención de la salud bucal
Abordar las duras realidades de las disparidades en la salud bucal sienta las bases para identificar soluciones accionables, como mejorar la alfabetización global en salud bucal.
Nuestras inversiones en la próxima generación de productos para el cuidado de la salud bucal, la comunicación sobre el poder de la prevención de la salud bucal y nuestro trabajo multidisciplinario con profesionales de la salud y asociaciones profesionales están ayudando a cerrar la brecha en la salud bucal.
Colgate-Palmolive y el Grupo de Afinidad de Salud Bucal del Foro Económico Mundial publicaron un informe que subraya la justificación económica para un compromiso global de invertir en la salud bucal. Como parte de este informe, el Grupo de Afinidad de Salud Bucal está instando a diversos actores a priorizar medidas accesibles y preventivas de salud bucal. Abordar estas disparidades es una piedra angular crítica de cualquier estrategia integral destinada a mejorar los resultados generales de salud.
La evidencia es clara: cuando mejoramos la salud bucal, tenemos un impacto directo y positivo en una multitud de condiciones generales de salud. Es imperativo que nos unamos desde varios sectores para colaborar y elevar la importancia de la salud bucal en las agendas públicas y de salud. Al hacerlo, allanamos el camino hacia un futuro en el que las enfermedades bucales se prevengan de manera proactiva, se reconozcan universalmente y se traten como parte integral del bienestar de cada individuo.