Cuando el consejero de seguridad nacional en EAU, Sheikh Tahnoon bin Zayed, hizo una visita secreta a la Casa Blanca en junio, su homólogo estadounidense, Jake Sullivan, planteó un tema delicado: G42, una empresa de inteligencia artificial controlada por el sheikh que las autoridades estadounidenses creen está ocultando la magnitud de su trabajo con China.
En público, la compañía ha anunciado su impresionante crecimiento con un constante flujo de comunicados de prensa. Incluyeron acuerdos con gigantes farmacéuticos europeos como AstraZeneca y un acuerdo de $100 millones con una empresa de Silicon Valley para construir lo que ambas empresas presumen será la “supercomputadora más grande del mundo”. El último mes, G42 anunció una asociación con OpenAI, el creador de ChatGPT.
Pero en canales de inteligencia estadounidenses clasificados, ha habido más informes preocupantes sobre la empresa. La CIA y otras agencias de espionaje estadounidenses han emitido advertencias sobre el trabajo de G42 con grandes empresas chinas que los funcionarios estadounidenses consideran amenazas a la seguridad, incluyendo Huawei, el gigante de las telecomunicaciones que está bajo sanciones estadounidenses.
Los funcionarios estadounidenses temen que G42 podría ser un conducto por el cual la tecnología avanzada estadounidense se filtra a empresas o al gobierno chino. Los informes de inteligencia también han advertido que los tratos de G42 con empresas chinas podrían ser una vía para poner los datos genéticos de millones de estadounidenses y otros en manos del gobierno chino, según dos funcionarios familiarizados con los informes.
Incluso la CIA ha producido un perfil clasificado de Peng Xiao, el director ejecutivo de G42, que se educó en Estados Unidos y renunció a su ciudadanía estadounidense para obtener la ciudadanía de EAU, según funcionarios estadounidenses. Las conclusiones del documento de la CIA sobre el Sr. Xiao no son claras.
Durante la reunión en la Casa Blanca en junio con Sheikh Tahnoon y en otras discusiones del último año, la administración Biden planteó preocupaciones sobre el liderazgo de la compañía y presionó para que G42 se desvinculara de empresas chinas y cualquier agencia, según una docena de personas familiarizadas con las discusiones.
Este artículo se basa en entrevistas con funcionarios del gobierno estadounidense, analistas tecnológicos y ejecutivos empresariales estadounidenses y extranjeros, algunos de los cuales acordaron hablar solo a condición de anonimato debido a la diplomacia sensible sobre G42.
La empresa es una joya de la corona para EAU, que está construyendo una industria de inteligencia artificial como alternativa a los ingresos petroleros. El pequeño pero poderoso país del Medio Oriente, dirigido por su presidente, el jeque Mohamed bin Zayed, también está cultivando lazos más estrechos con China y Rusia, en parte para disminuir su dependencia de Estados Unidos, el principal socio militar y proveedor de armas de los Emiratos.
Hasta el momento no está claro si los funcionarios estadounidenses han compartido sus preocupaciones sobre G42 con empresas estadounidenses que tienen alianzas con la empresa.
Los esfuerzos estadounidenses para escrutar y restringir las actividades de G42 son emblemáticos del mundo turbio en el que operan las agencias de espionaje de EE. UU. en su sombra más amplia de guerra con China. A medida que la rivalidad entre superpotencias se intensifica, los encargados de formular políticas estadounidenses se basan en la recolección y el análisis de inteligencia para ayudar a frenar los esfuerzos de China por avanzar tecnológicamente y erosionar la ventaja militar de Estados Unidos.
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