ARCHIVO – El humo se eleva durante las protestas en Noumea, Nueva Caledonia, el miércoles 15 de mayo de 2024. El territorio francés del Pacífico de Nueva Caledonia está acortando su toque de queda nocturno y reabriendo su aeropuerto internacional que estuvo cerrado a vuelos comerciales durante más de un mes debido a la violencia mortal. El alto comisionado del archipiélago dijo el domingo 16 de junio de 2024 que el aeropuerto La Tontouta que conecta la capital de Nueva Caledonia, Nouméa, con Sídney, Tokio y otros centros del Pacífico reabrirá el lunes. (Foto AP/Nicolas Job, Archivo)
PARÍS (AP) — El territorio francés del Pacífico de Nueva Caledonia está acortando su toque de queda nocturno y reabriendo su aeropuerto internacional que estuvo cerrado a vuelos comerciales durante más de un mes debido a la violencia mortal que sacudió el archipiélago donde los indígenas kanaks pro-independencia quieren separarse de Francia.
El aeropuerto La Tontouta que conecta la capital de Nueva Caledonia, Nouméa, con Sídney, Tokio, Singapur y otros centros del Pacífico reabrirá el lunes, anunció el alto comisionado del territorio en un comunicado el domingo.
El toque de queda nocturno también se acortará en dos horas, su inicio se retrasa de las 6 p.m. a las 8 p.m., debido a “la mejora en la situación y para facilitar el regreso gradual a la vida normal”, dijo el alto comisionado.
La violencia que estalló el 13 de mayo por las polémicas reformas electorales provocó nueve muertes, incluidos dos gendarmes, y la destrucción generalizada de tiendas, empresas y hogares. Los turistas atrapados por el cierre del aeropuerto fueron evacuados en vuelos militares.
Con Francia sumida ahora en una frenética campaña para las elecciones parlamentarias anticipadas, el presidente francés Emmanuel Macron ha suspendido las reformas que hubieran alterado los derechos de voto en Nueva Caledonia. La revuelta llevó a Francia el 15 de mayo a imponer un estado de emergencia en el archipiélago y a enviar refuerzos para la policía que se vio desbordada por los enfrentamientos armados, los saqueos y los incendios.
Ambos lados de la amarga división de Nueva Caledonia —los kanaks indígenas que buscan la independencia y los leales a Francia— erigieron barricadas, ya sea para rebelarse contra las autoridades o para proteger hogares y propiedades. Los manifestantes pro independencia erigieron barricadas de vehículos carbonizados y otros escombros, convirtiendo partes de Nouméa en zonas prohibidas.