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La ex alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, habla después de ser nombrada candidata presidencial del partido gobernante Morena para las elecciones presidenciales del próximo año en la Ciudad de México el 6 de septiembre de 2023.
Claudio Cruz | Afp | Getty Images
Los votantes en México están participando en la elección más grande de la historia del país, emitiendo votos el domingo para llenar más de 20,000 puestos locales, estatales y federales y casi con seguridad elegir a su primera presidenta.
Pero la violencia desenfrenada ha empañado el camino hacia una de las elecciones más consecuentes de la historia de México.
Grupos criminales han tomado gran parte de México mientras luchan por territorio para traficar drogas hacia Estados Unidos, ganar dinero del contrabando de migrantes, y extorsionar a residentes para alimentar su empresa ilícita. La violencia contra figuras políticas también ha persistido a lo largo de este ciclo electoral, lo que ha resultado en un aumento del 150% en el número de víctimas de violencia política desde 2021, según un análisis de Integralia, una firma de consultoría de asuntos públicos que investiga el riesgo político y otros temas en México.
Esto ha causado gran consternación entre los votantes mexicanos, llevando a la mayoría de ellos a citar la seguridad como un tema de preocupación prioritario. Alrededor del 6 de cada 10 adultos mexicanos consideran que la ciudad donde viven es insegura debido a los robos o la violencia armada, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México publicada en abril.
Ambas candidatas presidenciales líderes —Claudia Sheinbaum del partido político gobernante Morena, y Xóchitl Gálvez, de la coalición opositora Frente Amplio por México— tienen ideas drásticamente diferentes sobre la mejor forma de reducir la delincuencia.
Se espera que una de ellas haga historia como la primera presidenta de México, considerando que Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial del partido Movimiento Ciudadano, se encuentra muy rezagado en las encuestas.
Sheinbaum, la exalcaldesa de la Ciudad de México y física y científica del clima, ha dicho que planea combatir la violencia continuando con la política de “abrazos, no balas” implementada por su mentor, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, que no enfrenta directamente a los cárteles como se había hecho en administraciones anteriores.
Antes de López Obrador, “por lo menos había una intención retórica por parte del gobierno mexicano y los gobiernos locales de hacer algo” acerca de la violencia, dijo Tony Payan, director del Centro para Estados Unidos y México en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice. “Pero desde que el señor López Obrador asumió el cargo a finales de 2018, ese discurso ha cambiado por completo… Estos criminales sienten que pueden hacer casi cualquier cosa que quieran y el estado no irá tras ellos.”
La política de López Obrador no ha reducido significativamente los asesinatos en los últimos seis años, ya que los datos del gobierno mexicano muestran que se han reportado al menos 102,400 homicidios en ese periodo.
Pero los datos también muestran que la estrategia de los predecesores de López Obrador, perseguir a los capos de la droga en una guerra total, tampoco mejoró la seguridad.
Gálvez, exsenadora y empresaria tecnológica, ha estado trabajando para convencer a los votantes de que el acceso a la atención médica y el desarrollo económico se han estancado bajo el gobierno de Morena y que las tasas de delincuencia siguen siendo altas. La candidata de centro-derecha también ha intentado posicionar a su partido —una coalición de partidos políticos tradicionales que han gobernado México durante mucho tiempo como el conservador Partido de Acción Nacional, o PAN, el pequeño Partido de la Revolución Democrática progresista, y el antiguo Partido Revolucionario Institucional, o PRI— como el cambio que México necesita para unir a un país cada vez más polarizado.
El próximo presidente de México tendrá un papel importante en resolver cuestiones que son prioritarias para Estados Unidos como la inmigración y los asuntos exteriores, así como determinar el futuro del acuerdo comercial que ha convertido a México en el mayor socio comercial de Estados Unidos.
El domingo, las urnas abrirán a las 8:00 a.m. hora local y cerrarán a las 6:00 p.m.
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