Fuertes lluvias e inundaciones han matado a decenas de personas y desplazado a cientos de miles en el este de África en las últimas semanas, informaron los gobiernos y las Naciones Unidas, subrayando los crecientes peligros climáticos en una región políticamente y económicamente tumultuosa.
Al menos 179 personas han muerto en países como Etiopía, Kenia y Somalia, según la ONU y las agencias gubernamentales, y algunas autoridades regionales creen que las cifras son probablemente más altas.
Las lluvias torrenciales, que han devastado a otras naciones como Burundi, Sudán, Sudán del Sur y Uganda, han afectado a más de tres millones de personas en una región que ya estaba tambaleándose por la peor sequía en cuatro décadas. Desde 2020, las condiciones de sequía, agravadas por el cambio climático, han diezmado los cultivos y el ganado, y han dejado a millones de personas hambrientas y desnutridas, y cientos de niños muertos. Las Naciones Unidas han atribuido las lluvias más intensas de lo habitual a dos eventos climáticos: el fenómeno de El Niño, que se origina en el océano Pacífico ecuatorial y cuyas condiciones liberan calor adicional en la atmósfera, y un fenómeno similar conocido como el Dipolo del Océano Índico.
Las inundaciones han dañado hogares, puentes y escuelas, según las agencias de ayuda, que han advertido de un aumento en los brotes de enfermedades, incluyendo el cólera y la malaria. En Somalia, donde las inundaciones han afectado a 1,7 millones de personas, el gobierno declaró el estado de emergencia en octubre.
Las inundaciones hasta ahora han matado al menos a 96 personas en el país, incluyendo niños, según Farhan Jimale, el portavoz del gobierno. “Estábamos dormidos cuando el agua entró en nuestra casa”, dijo Faiza Ahmed Farah, madre de cinco hijos en la ciudad suroccidental de Hudur en Somalia.
Con puentes destruidos y redes de carreteras en su mayor parte intransitables, las autoridades temen que no puedan rescatar rápidamente a las personas desplazadas ni entregar asistencia alimentaria. En Kenia, las fuertes lluvias han matado a más de 60 personas, según la ONU.
Miles de personas han sido desplazadas en pueblos y ciudades de las regiones oeste y noreste, mientras vecindarios enteros quedaron sumergidos en el condado costero de Mombasa este mes. Las lluvias han devastado el complejo de refugiados de Dadaab en Kenia, hogar de unos 300.000 refugiados en su mayoría de Somalia.
Similar devastación se ha reflejado en países vecinos como Etiopía, donde la inclemente lluvia ha sumergido grandes extensiones de tierra en varias regiones bajo el agua, según la ONU. Miles de hogares han quedado inundados en Sudán en las últimas semanas, incluso mientras millones huyen de una guerra civil de siete meses.
Para ahora, los gobiernos están luchando por encontrar dinero para llegar a los necesitados, incluso en Kenia, donde las disputas sobre la asignación de fondos para las víctimas de las inundacciones han desatado un debate a nivel nacional. Y la ONU y otras agencias de ayuda han dicho que la financiación necesaria para abordar tales crecientes necesidades humanitarias ha estado disminuyendo en partes de la región.
Hussein Mohamed contribuyó con la información desde Mogadiscio, Somalia.