El cierre de Al Jazeera por parte de Israel resalta las tensiones de larga data.

Cuando Israel ordenó a Al Jazeera el domingo que cerrara sus operaciones allí, la red tenía un reportero cubriendo una reunión del gobierno en Jerusalén Oeste, otro en una habitación de hotel en Jerusalén Este, un tercero en el norte de Israel para cubrir enfrentamientos en la frontera con Líbano y un cuarto en Tel Aviv. Pero las cámaras dejaron de grabar cuando Walid al-Omari, jefe de la oficina de la red en Ramallah, en Cisjordania, les ordenó que se fueran a casa. Las autoridades israelíes descendieron sobre una sala utilizada por Al Jazeera en el Hotel Ambassador en Jerusalén Este, confiscando equipos de transmisión. Los proveedores de televisión e internet israelíes cortaron sus canales y bloquearon sus sitios web, aunque la gente aún podía encontrarlo en línea. Al Jazeera, la influyente red de noticias árabe, dice que seguirá informando y transmitiendo desde la Franja de Gaza y Cisjordania. Pero su partida de Israel marca un nuevo mínimo en su larga historia tensa con un país que gran parte de la audiencia de Al Jazeera en el mundo árabe y más allá considera un agresor y un ocupante. La orden de cierre, que dura 45 días y puede renovarse, fue un quiebre que se venía gestando hace tiempo. El señor al-Omari dijo que poco después de que comenzara la guerra entre Israel y Hamas en octubre, la red dejó de usar una oficina en Jerusalén Oeste, diciendo que los israelíes de extrema derecha habían utilizado tácticas de intimidación contra el personal allí. La red ha desempeñado un papel importante en amplificar historias sobre la muerte y el sufrimiento de los palestinos en Gaza, intensificando la indignación mundial por la conducta de Israel. Muchos defensores de Al Jazeera argumentan que su trabajo es tan fuerte que Israel quiere intimidarlo y censurarlo. Sin embargo, su enfoque en la matanza en Gaza también ha generado controversia, con algunos analistas árabes diciendo que anima a lo que retrata como una resistencia armada legítima contra Israel, y presenta comentarios de funcionarios y combatientes de Hamas con poca oposición crítica. La red está parcialmente financiada y controlada por el gobierno de Qatar, que permite a los líderes políticos de Hamas vivir y operar en su país. Esto la convierte en un objetivo atractivo para críticos en Israel y más allá que dicen que, en el mejor de los casos, presenta una visión parcial del conflicto. El primer ministro Benjamin Netanyahu acusó a Al Jazeera de incitar a la violencia contra Israel y perjudicar la seguridad de Israel. “Sabíamos que era cuestión de tiempo”, dijo el señor al-Omari sobre el cierre en una entrevista el martes. El gobierno de Israel, dijo, había perseguido durante mucho tiempo lo que él llamó “una guerra contra Al Jazeera”.报道来自耶路撒冷的亚当·拉斯贡(Adam Rasgon)和乔纳坦·赖斯(Johnatan Reiss),来自开罗的伊玛德·梅凯(Emad Mekay)以及来自伊斯坦布尔的伊亚德·阿布赫威拉(Iyad Abuheweila)。

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