Reims, Francia, se jacta de tener lo mejor del viaje europeo condensado en una sola ciudad pequeña. Es el hogar de reyes coronados, la fe cristiana, la majestuosidad gótica y el vino luminiscente. También es donde un mundo triste y cansado brindó por la derrota de Adolf Hitler y su malvado Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores en la Segunda Guerra Mundial. La concentración de atracciones reales, religiosas, arquitectónicas, culinarias e históricas hace de Reims un destino deseado para muchos estadounidenses.