Una bandera rusa en el pin de un microchip.
En 2023, las operaciones de Intel en Rusia se redujeron drásticamente, dejando solo a un empleado como director de Intel AO e Intel Technologies. Alina Klushina figura como directora de ambas entidades rusas de Intel, informa Abachy. Los negocios cerrados incurrieron en pérdidas de $2.31 millones durante el último año.
Esta transformación rápida de los negocios de Intel en Rusia comenzó poco después de la invasión de Ucrania. En abril de 2022, Intel dijo que suspendió todas las operaciones en Rusia, siguiendo una decisión anterior de suspender los envíos de tecnología al país (la Guerra de Ucrania comenzó en febrero de 2022).
Una línea de tiempo en forma de viñetas que detalla el declive de las operaciones de Intel en Rusia es la siguiente:
2021: Los negocios rusos de Intel generaron una ganancia combinada de alrededor de $80 millones.
2022: Intel suspende operaciones. Tenía 1,200 empleados en Rusia cuando cesaron las operaciones.
2023: Los ingresos de Intel AO y Intel Technologies cayeron a cero, y se registraron pérdidas de $2.31 millones. Intel tenía 788 empleados en Rusia al comienzo del año.
2024: Alina Klushina es la única empleada, actuando como directora de Intel AO e Intel Technologies.
Intel abrió su centro de investigación y desarrollo en Nizhny Novgorod en 2000, nueve años después de establecerse en Rusia. Se ganó una buena reputación en software, inteligencia artificial, visión por computadora, desarrollo 5G e IoT. Este centro de I+D fue renovado en 2020 y empleaba a más de 1,000 personas en ese momento. Mientras tanto, la unidad de negocio de Intel AO se dice que cubría procesamiento de información y desarrollo de software. Intel Technologies se encargaba de marketing, soporte técnico y consultoría.
Después de la primera cesación de productos y servicios de Intel en Rusia, la empresa restableció el acceso de los usuarios a las descargas de controladores, cumpliendo con sus obligaciones de servicio y garantía. Sin embargo, desde entonces hemos visto informes con evidencia de que las sanciones aplicadas han fallado en términos prácticos. En enero, por ejemplo, informamos sobre entidades rusas que compraron hasta $1.7 mil millones en chips de Intel (y AMD) en 2023. Muchos de los chips llegaron a Rusia como reexportaciones a través de lugares como China, Turquía o los Emiratos Árabes Unidos.
Intel parece seguir manteniendo sus propiedades en Rusia, supervisadas por Klushina, con la esperanza de desarrollos políticos favorables. Con suerte, el fin de la guerra. Parece razonable esperar pérdidas de una escala similar a las de 2023 (USD 2 a 3 millones) en el próximo año, probablemente el mínimo necesario para mantener sus operaciones cerradas.