Reseña: Pequeña tienda de los horrores, Teatro Octágono, Bolton

Little Shop of Horrors se ha convertido en una especie de clásico para compañías amateur, pero, como cabría esperar del Octagon, este musical lleva las cosas a otro nivel.

Para aquellos que no están familiarizados con la historia – ¿dónde han estado? – Seymour, un empleado nerd y pisoteado de una tienda de flores, cultiva una misteriosa nueva planta que puede o no haber venido de otro planeta después de un eclipse total.

Dicha planta – nombrada Audrey II en honor al amor no correspondido de su vida, una compañera de trabajo de la tienda de flores – desarrolla un deseo por la carne humana y se desata el caos.

Una de las razones por las que Little Shop of Horrors es tan popular es por lo oscuro que es. Alerta de spoiler, si eres un personaje principal es poco probable que sobrevivas hasta el final.

Pero también es enormemente entretenido.

La directora Lotte Wakeham ha reunido un elenco tan impresionante y versátil que hacen que el espectáculo cobre vida, nunca mejor dicho.

Lote Wakeham sobre llevar el musical ‘inquebrantable’ al Octagon

Este grupo de actores músicos maneja todo con destreza y la partitura que combina el rock and roll de los años cincuenta y el soul de los años sesenta nunca ha sonado mejor.

Tomen el trío de Chiffon, Crystal y Ronnette, nombradas en honor a grupos de chicas de los años sesenta, las ‘chicas harapientas’ de Skid Row que actúan como coro para el espectáculo. El trío – Jamma May, Zweyla Mitchell dos Santos y Chardai Shaw – también toca el bajo, la guitarra y el teclado.

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Verás a los personajes intercambiando instrumentos musicales bajo la impresionante dirección de Livi Van Warmelo, encaramada en lo alto del escenario detrás de sus teclados.

Oliver Mawdsley es un Seymour maravillosamente tímido, que literalmente crea un monstruo. Laura Jane Matthewson es una Audrey muy compasiva y el habitual del Octagon Andrew Whitehead está lleno de alarde como el dueño de la tienda de flores.

El dentista sadista de Matthew Ganley, Orin, en ocasiones amenaza con robarse el espectáculo y se nota que se está divirtiendo mucho con el papel (también toca un buen bajo), pero la verdadera estrella es Audrey II.

La planta crece en tamaño a lo largo de la producción y al final se asemeja a un monstruo de Dr. Who. El titiritero Matthew Heywood hace maravillas al darle una personalidad genuina y la forma en que sincroniza los labios con el vocalista Anton Stephans es magistral. Stephans, que ha trabajado con Elton John y George Michael, realmente trae el alma, ya que Audrey II suena como una de las estrellas de la discográfica Stax.

Little Shop of Horrors es pura evasión de principio a fin y te pondrá de pie al final. No podrás resistirte.

Es un espectáculo con un gran atractivo y en la noche de prensa fue genial ver a tantos miembros del público jóvenes que estaban emocionados y vitoreando al final mientras el elenco subía el volumen para un poco de fiesta.

El espectáculo se presenta hasta el sábado 18 de mayo. Detalles en www.octagonbolton.co.uk.