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Los fiscales de Manhattan acusaron a Donald Trump de mentir “una y otra vez” sobre pagos realizados en los días previos a las elecciones de 2016 para evitar que salieran a la luz reclamos de una relación extramatrimonial con una actriz porno, mientras comenzaban los argumentos iniciales en el primer juicio penal contra un ex presidente de los Estados Unidos.
El “orquestó un plan criminal para corromper las elecciones presidenciales de 2016”, dijo el fiscal adjunto Matthew Colangelo a los siete hombres y cinco mujeres elegidos para decidir sobre el caso. Trump luego “encubrió” las transacciones porque “quería ocultar su propia conducta criminal y la de otros”, agregó Colangelo.
Trump arremetió contra la corte y los fiscales en las redes sociales y una vez más denunció el caso como una caza de brujas en su camino hacia la sala del tribunal el lunes por la mañana. “Esto se hace como interferencia en las elecciones, todo el mundo lo sabe”, dijo el probable nominado republicano para la Casa Blanca en 2024 a los reporteros.
Sentado en la mesa de la defensa en la sala del tribunal, frunció el ceño en silencio hacia el juez y el jurado durante las declaraciones iniciales, pero no cruzó la mirada con el fiscal de distrito Alvin Bragg, quien presentó el caso.
El inicio del juicio llega justo un año después de que Bragg presentara los primeros cargos penales contra un ex presidente de Estados Unidos, acusando a Trump de presuntamente disfrazar pagos de $130,000 realizados antes de las elecciones de 2016 para comprar el silencio de una actriz porno que afirmaba haber tenido un breve romance con la estrella de televisión de realidad una década antes.
Durante el argumento inicial de la acusación, Colangelo detalló cómo Trump y su círculo interno presuntamente implementaron una estrategia de “atrapar y matar” para comprar el silencio de Stormy Daniels, quien amenazaba con ir a la prensa con su historia de cómo había tenido un amorío con la entonces estrella de televisión de reality en 2006, un encuentro que el ex presidente ha negado.
Daniels recibió $130,000 después de la publicación de la cinta de Access Hollywood, en la que se escuchaba a Trump jactándose de agarrar los genitales de las mujeres. Causó pánico en su campaña justo un mes antes de la votación de 2016, aumentando la urgencia de impedir que saliera a la luz una historia sobre sus infidelidades, dijo Colangelo al jurado.
“Esto fue una conspiración planificada, coordinada y de larga duración para ayudar a Donald Trump a ser elegido a través de gastos ilegales”, dijo Colangelo sobre los pagos. “Fue fraude electoral, simple y llanamente.”
Como cualquier acusado penal, a Trump se le exige asistir todos los días de lo que se espera sea un juicio de seis semanas, un requisito del que se ha quejado limitará su campaña antes de las elecciones de noviembre. La corte descansará los miércoles si el caso sigue según lo programado, dijo el juez Juan Merchan la semana pasada.
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La semana pasada, se seleccionaron 12 jurados y seis suplentes de un grupo de casi 200 neoyorquinos del condado de Manhattan, que fueron cuidadosamente examinados para garantizar que no albergaran prejuicios insalvables hacia Trump. Todos dijeron que podrían ser imparciales al decidir los hechos del caso, aunque algunos expresaron disgusto por sus políticas y persona.
El caso del dinero encubierto es el primero contra Trump que llega a juicio, pero el ex presidente aún enfrenta cargos penales en tres tribunales diferentes por sus presuntos intentos de obstaculizar la transición pacífica del poder después de las elecciones de 2020, y por conservar documentos clasificados en su mansión de Mar-a-Lago en Florida. No está claro cuándo irán a juicio los otros casos penales.
Trump también enfrenta varios procesos civiles y está apelando una sentencia por fraude civil de casi medio billón de dólares otorgada al fiscal general de Nueva York a principios de este año.
Otro hito en los problemas legales de Trump se alcanzará a finales de esta semana, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos escuche argumentos sobre si puede reclamar inmunidad presidencial por actos que se le han imputado y que tuvieron lugar mientras ocupaba el cargo.
El resultado de ese desafío no tiene ninguna repercusión sobre el caso de Nueva York, que se ha presentado bajo la ley estatal en lugar de la federal. Merchan ya ha denegado una solicitud del equipo legal de Trump para que ciertos tuits y comentarios públicos hechos mientras estaba en el cargo se excluyan del caso.