Seúl conmemoró un aniversario sombrío durante el fin de semana, un año después de que cerca de 160 personas fallecieran en una avalancha en Itaewon, un popular distrito nocturno de la ciudad.
El 29 de octubre de 2022 comenzó como una celebración de Halloween muy esperada, la primera en varios años en Corea del Sur sin restricciones pandémicas. Una multitud de festejantes y un embotellamiento de tráfico humano en un estrecho callejón esa noche llevaron a una catástrofe y una expresión nacional de dolor y preguntas sobre por qué las autoridades no pudieron prevenirla.
Este año, la reunión en Itaewon fue mucho más pequeña. Varios vecindarios de Seúl vieron una presencia policial desproporcionada.
Vehículos de emergencia y autos de policía se alinearon en la calle principal de Itaewon el sábado por la noche. Las autoridades habían desplegado personal adicional para ayudar a manejar el tráfico peatonal en varias áreas nocturnas durante el fin de semana.
A principios de la semana, se inauguró un memorial a las víctimas en el callejón. Lee Hyo-suk, cuya hija Jeong Ju-hee de 30 años murió en el aplastamiento de la multitud, lloró al acercarse a la placa el jueves.
La presencia policial aumentada era visible el sábado en el callejón donde ocurrió la avalancha el año pasado.
Los agentes dirigían el tráfico, pero los bares vecinos permanecían en gran parte vacíos en las primeras horas de la noche.
Las familias de las víctimas honraron a sus seres queridos en un memorial temporal frente al Ayuntamiento de Seúl el sábado. Se inclinaron 159 veces, una por cada una de las víctimas, frente a fotografías y alimentos que habían llevado como ofrendas para los difuntos. Muchos padres habían preparado las golosinas favoritas de sus hijos, como pizza, café y tteokbokki, o pasteles de arroz picantes.
Hubo un aumento en la seguridad a lo largo de muchas de las calles, callejones y escaleras de Itaewon antes de Halloween este año.
El año pasado, los detectives en Itaewon se centraron principalmente en combatir el uso ilegal de drogas y no ayudaron con el control de multitudes. Eso cambió este año.
Un muro en el callejón estaba cubierto de mensajes y flores el sábado por la noche.
Se instalaron barricadas en algunas partes de la calle en Itaewon en un esfuerzo por controlar mejor la multitud en ambas direcciones.
Las personas que llevaban máscaras de Halloween regresaron al vecindario, aunque en mucho menor número que el año pasado.
Agentes patrullaban la calle principal de Itaewon el sábado para dirigir el tráfico peatonal.
Autobuses de policía a lo largo de la calle principal.
Un familiar tocó la fotografía de una víctima en el memorial temporal en el Ayuntamiento de Seúl el lunes. La mayoría de las personas que murieron tenían entre 20 y 30 años.