Rishi Sunak, primer ministro del Reino Unido, destituyó el lunes a Suella Braverman, una de las altas funcionarias de su Gabinete, varios días después de haber escrito un incendiario artículo en un periódico que acusaba a la policía de parcialidad.
Críticos afirmaron que Braverman, quien como secretaria del interior había sido responsable de la aplicación de la ley, la inmigración y la seguridad nacional, había avivado tensiones antes de una gran manifestación en Londres el sábado, durante la cual la policía se enfrentó con contra-manifestantes de extrema derecha.
Aunque la destitución de Braverman había parecido probable desde la publicación de su artículo la semana pasada, Sunak parece haber retrasado ese cambio durante varios días para llevar a cabo una esperada reorganización más amplia de su Gabinete.
Braverman ha sido durante mucho tiempo una figura divisiva en el seno del Partido Conservador que gobierna, cuya retórica provocadora le granjeó el apoyo de la extrema derecha mientras alienaba a colegas más moderados.
Se la ve ampliamente como una posible candidata para reemplazar a Sunak como líder del partido si este no logra ganar las próximas elecciones generales, y su partida señala los profundos desafíos a los que se enfrenta, ya que lidia con un persistente déficit de dos dígitos en las encuestas de opinión, una economía estancada y un partido inquieto que percibe que su dominio de 13 años en el poder se desvanece.
Su partida sigue a la publicación de un extraordinario artículo de opinión en The Times de Londres, en el que Braverman reprendió a la principal fuerza policial de la ciudad por decidir no prohibir una marcha a favor de Palestina que coincidía con el Día del Armisticio, cuando Gran Bretaña conmemora a quienes lucharon en la Primera Guerra Mundial y conflictos posteriores.
También describió a decenas de miles de personas que han asistido a las protestas regulares en Londres en apoyo a los palestinos como “manifestantes con odio” y “multitudes”, a pesar de que las manifestaciones han sido en su mayoría pacíficas.
El número 10 de Downing Street dijo que no había autorizado el artículo, como sería costumbre, y se supo que varios cambios solicitados por la oficina del primer ministro no se habían realizado antes de la publicación.
El sábado, críticos, incluido el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, acusaron a Braverman de fomentar la contra-manifestación, durante la cual algunos de extrema derecha irrumpieron en un cordón policial y afirmaron que estaban en las calles para defender un memorial de guerra. La policía dijo que se arrestaron alrededor de 145 personas el sábado, la gran mayoría de las cuales eran contra-manifestantes, y nueve agentes resultaron heridos.
En su artículo, Braverman afirmó que las manifestaciones no eran “simplemente un grito de auxilio para Gaza” sino “una afirmación de primacía por parte de ciertos grupos, en particular islamistas, del tipo que estamos acostumbrados a ver en Irlanda del Norte”.
Esa referencia a Irlanda del Norte, haciendo uso retórico de tensiones sectarias en una región donde los esfuerzos para restaurar un gobierno de poder compartido hasta ahora han fracasado, también provocó enojo.
En el artículo, Braverman acusó a la policía de una “doble vara de medir” en la forma en que maneja las protestas. “Los manifestantes de derecha y nacionalistas que actúan con agresividad son recibidos con una respuesta firme, sin embargo, las turbas pro-palestinas que muestran un comportamiento casi idéntico son en su mayoría ignoradas, incluso cuando claramente están quebrantando la ley”, escribió.
Braverman había dejado claro que quería que la manifestación del sábado 11 de noviembre se prohibiera en parte porque coincidiría con el Día del Armisticio. Sunak había tomado la misma postura, pero el miércoles pasado obtuvo garantías de la policía de que se tomarían todas las medidas posibles para evitar disturbios y emitió un comunicado confirmando que la protesta seguiría adelante, comprometiéndose a “mantenerse fiel a nuestros principios” del derecho a la protesta pacífica.
El artículo de Braverman, publicado pocas horas después, pareció socavar su postura.
Braverman, que se postuló sin éxito para liderar el Partido Conservador el año pasado, ha abrazado desde hace mucho tiempo estereotipos de extrema derecha en sus declaraciones y entrevistas, describiendo la migración como un “huracán”, la llegada de solicitantes de asilo a las costas británicas en pequeñas embarcaciones como una “invasión” y la falta de vivienda como una “elección de estilo de vida”. Sugirió recientemente imponer restricciones a las organizaciones benéficas que ofrecen tiendas de campaña a quienes viven en la calle.