BARCELONA, España (AP) — Una procesión religiosa en el centro de Barcelona celebró la aparición de la tan esperada lluvia, después de nueve días de oraciones pidiendo alivio de una severa sequía.
Alrededor de 100 habitantes locales participaron en la ceremonia católica en una tarde lluviosa de sábado.
Llevaron la figura del Santo Cristo de la Sangre, abriéndose paso a través del casco antiguo de la ciudad durante dos horas, liderados por el Arzobispo Joan Josep Omella.
“Somos pocos, pero está bien”, dijo Omella dentro de la Iglesia de Santa María del Pi, un templo gótico del siglo XV, justo antes de salir, mientras afuera la lluvia caía a cántaros.
El mes pasado, autoridades en la región noreste de Cataluña, cuya principal ciudad es Barcelona, declararon una emergencia por sequía. Los embalses que abastecen a 6 millones de personas tenían menos del 16% de su capacidad, un nivel histórico que sembró alarma entre los habitantes locales.
La última vez que la figura del Santo Cristo, representando a Jesús en la cruz, salió de la capilla de Sant Miquel para ayudar a combatir la sequía fue en 1945.
En un momento de la procesión, la figura fue cubierta con plástico transparente para protegerla de la lluvia.