Durante días escondida en el sótano de un jardín de infantes en Bucha, el suburbio de Kyiv que se convirtió en sinónimo de los crímenes de guerra rusos, Oksana Semenik tuvo tiempo de reflexionar. Afuera, las tropas rusas estaban arrasando la ciudad, matando a civiles que se aventuraban a las calles. Sabiendo que tal vez no saldría con vida, la Sra. Semenik, historiadora del arte, reflexionaba sobre las obras de arte ucranianas sobre las que tanto quería escribir y que ahora estaban en peligro de desaparecer.
Ese tiempo pasado escondida en Bucha fue durante los primeros días de la invasión a gran escala de Rusia, pero aun así, hace dos años, ya había visto informes de museos destruidos. Preciosas pinturas folklóricas de su artista favorita, Maria Primachenko, habían sido consumidas por las llamas. Moscú, se dio cuenta, estaba librando una guerra contra la cultura ucraniana.
Han pasado 21 meses desde entonces y la joven de 26 años ha estado trabajando para cumplir esa promesa. Después de huir de Bucha a pie, inició “Historia del Arte Ucraniano”, una cuenta en inglés en la red social X, donde ha estado publicando a diario acerca de la vida y obras de artistas ucranianos que han sido pasados por alto. Sus publicaciones, que a menudo superan las 100,000 vistas, se han convertido en un recurso fundamental para aprender sobre el arte ucraniano.
Incluso tiempo después, otras activistas ucranianas también presionaron a los museos occidentales para que revisen sus clasificaciones. Aprovechando su popularidad en línea, la Sra. Semenik los ha instado a reclasificar el arte considerado durante mucho tiempo ruso, porque data del Imperio Ruso o la Unión Soviética, como ucraniano.
Ella llama a su esfuerzo “descolonizando el arte ucraniano”. Gracias a sus esfuerzos y a los de otras activistas, instituciones como el Museo Metropolitano de Arte han reclasificado muchas obras de arte y artistas, revisando décadas de práctica que, según los críticos, confundían la cultura ucraniana con la de su antiguo gobernante ruso.
La Sra. Semenik quiere desacreditar esos mitos “escribiendo sobre artistas ucranianos que han sido ‘robados’ por los rusos”, escribió poco después de lanzar su cuenta.
La subdirectora del Museo de Bellas Artes de Odesa recalcó que los esfuerzos de la Sra. Semenik habían sido realmente importantes para mostrar que Ucrania tiene una larga historia y contrarrestar la narrativa de Moscú de que Ucrania siempre ha sido parte de Rusia. “El arte es un testimonio de eso”.
Con el paso del tiempo, la Sra. Semenik notó cambios en las etiquetas de los museos. “Tengo maravillosas noticias”, escribió en X a principios del año pasado, mientras se refugiaba en Kyiv durante un ataque aéreo ruso: El Met había reconocido a Repin como ucraniano. El Museo de Brooklyn eliminó la etiqueta que lo identificaba como ruso, en su lugar mencionaba su lugar de nacimiento como la Ucrania actual. Otras instituciones, como la National Gallery de Londres y el Stedelijk Museum de Ámsterdam, también han realizado cambios.