Por Daniel Wiessner
(Reuters) – Los jugadores de baloncesto masculino de la Universidad de Dartmouth, una escuela de la Ivy League en New Hampshire, votaron el martes para formar un sindicato, en un momento potencialmente transformador para el atletismo universitario en los Estados Unidos.
El equipo votó 13-2 para unirse a una filial del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio que el año pasado había solicitado representar a los jugadores, de acuerdo a los resultados contabilizados por la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
La votación se produce en medio de un esfuerzo más amplio para eliminar las restricciones sobre la compensación de los estudiantes atletas, como la prohibición de que los atletas se beneficien del uso comercial de su nombre, imagen y semejanza.
Los programas atléticos generan un estimado de $8.5 mil millones en ingresos para las principales escuelas cada año, y menos del 7% de ese dinero se le entrega a los atletas en forma de becas y estipendios, según un informe de 2020 del Buró Nacional de Investigaciones Económicas.
La Universidad de Dartmouth y el sindicato no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
La semana pasada, Dartmouth dijo que planeaba impugnar los resultados de la elección y pidió a la junta de trabajo que incautara las boletas de votación mientras decide si los jugadores eran elegibles para votar en primer lugar.
En un fallo el mes pasado, un director regional de la junta de trabajo dijo que los jugadores de baloncesto de Dartmouth eran empleados de la escuela, permitiéndoles votar sobre la sindicalización, porque el programa de baloncesto de la escuela genera publicidad, compromiso de los exalumnos y donaciones financieras y la escuela controla el trabajo realizado por los jugadores.
La formación de un sindicato permitirá a los jugadores de baloncesto de Dartmouth negociar colectivamente con la escuela sobre la compensación y las condiciones de trabajo, como los horarios de práctica, políticas de viaje y disciplina de los entrenadores. También podría impulsar a los estudiantes atletas en otras escuelas de todo el país a sindicalizarse.
La decisión de preparar la elección fue la primera de su tipo desde que la abogada general de la junta de trabajo, Jennifer Abruzzo, emitió un memo en 2021 argumentando que muchos atletas universitarios deberían ser clasificados como empleados de la escuela. El memo se centró en atletas que reciben becas como forma de compensación. Dartmouth y otras escuelas de la Ivy League no otorgan becas atléticas.
Abruzzo, una designada del presidente demócrata Joe Biden, dijo en ese momento que su oficina presentaría quejas contra universidades que interfirieran con los esfuerzos de organización de los jugadores. La abogada general actúa como fiscal, presentando casos ante la junta de trabajo de cinco miembros, cuyas decisiones pueden ser apeladas en tribunales de apelaciones federales.
La Universidad del Sur de California y la Asociación Nacional de Atletismo Intercolegial (NCAA), el organismo rector de los deportes universitarios, fueron denunciados por la oficina de Abruzzo en mayo pasado, alegando que habían bloqueado a los estudiantes atletas de sindicalizarse al no tratarlos como empleados de la escuela. El caso está pendiente.
La junta de trabajo de cinco miembros, que actualmente tiene una mayoría demócrata y una vacante, nunca se ha pronunciado directamente sobre si los atletas universitarios pueden considerarse empleados de la escuela.
En 2014, los jugadores de fútbol en la Universidad de Northwestern en Evanston, Illinois, se convirtieron en los primeros atletas universitarios en votar en una elección sindical, pero las boletas fueron confiscadas debido a un desafío legal presentado por la universidad.
Finalmente, la junta dictaminó que no podía decidir si los jugadores eran elegibles para sindicalizarse porque hacerlo afectaría a todas las escuelas contra las que compite Northwestern, incluidas muchas universidades estatales. Los poderes de cumplimiento de la junta solo se extienden a los empleadores privados.
Eso puede no ser un problema en el caso de Dartmouth, porque la conferencia de la Ivy League solo incluye escuelas privadas y rara vez juega contra universidades públicas.