Como conductor en el glamoroso y triunfante circuito de la Fórmula Uno, naturalmente el austriaco Gerhard Berger manejó algunos autos serios, incluso fuera de la pista: un Ferrari 512M Testarossa rojo.
Por lo tanto, es probable que haya visto con consternación cómo su auto era conducido inesperadamente por otra persona.
El robo tuvo lugar en el Gran Premio de San Marino de 1995 en Imola, Italia. Berger saltó frente al auto, según informes de la época, pero tuvo que apartarse del camino mientras se alejaba a toda velocidad.
Luego, valientemente persiguió en el Volkswagen Golf de un amigo, lo que resultó como se esperaba. El Ferrari se había ido.
Sin embargo, buenas noticias: el auto ha sido recuperado. Y solo tomó 28 años.
El paradero del auto era desconocido hasta principios de este año, cuando Ferrari contactó a la Policía Metropolitana de Londres sobre un vehículo sospechoso que estaba siendo vendido por un corredor británico.
La policía determinó que el auto había sido enviado a Japón poco después de ser robado y luego traído a Gran Bretaña a fines del año pasado.
No se ha realizado ninguna detención. Un segundo Ferrari robado en el mismo Gran Premio al piloto francés Jean Alesi sigue desaparecido.
¿Por qué este auto en particular atraería a un ladrón, o a las personas que lo contrataron para robarlo?
El Testarossa es uno de los modelos más famosos de Ferrari, fabricado inicialmente en 1984. La variante 512M que Berger conducía se fabricó entre 1994 y 1996; solo se produjeron 501 unidades. Fue el Testarossa final.
No se pudo contactar al Sr. Berger para hacer comentarios. Terminó tercero en el Gran Premio de San Marino de 1995, pero es posible que no tenga los mejores recuerdos de la semana en Italia.
El robo fue descarado no solo en cómo se llevó a cabo, sino también por el objetivo en sí. Como señaló Dave North de Wayne, Nueva Jersey, experto en Ferrari y miembro del Ferrari Club de América, Región Empire State: “Se necesita mucho valor para robar uno. Todos conocen el número de serie de su Ferrari.”
Stephan Markowski de Nyack, Nueva York, otro experto en Ferrari que ha trabajado en los autos del fabricante durante años, tenía una teoría sobre la popularidad duradera del auto. “Caigo justo en esa edad perfecta de personas que aman el Testarossa”, dijo. “Miami Vice estaba en la televisión, y el Testarossa era ese icónico auto blanco de Miami Vice.”
“Era tan años 80, pero ha envejecido notablemente bien”, dijo. “Es increíble lo bien que ha envejecido ese auto.”
El Sr. Berger no fue la única persona famosa en elegir el auto. La estrella del béisbol Gary Sheffield se declaró no culpable de un cargo de conducción temeraria en 1994 después de ser atrapado a más de 110 millas por hora en la Interestatal 4 en un Testarossa. Michael Jordan recibió una multa en 1989 cuando su Testarossa iba a 90 millas por hora en una zona de 60 millas por hora. Jean-Claude Duvalier, el ex dictador haitiano, conducía un Testarossa rojo mientras estaba en el exilio en la Riviera francesa.
El New York Times tampoco fue inmune a los encantos del Testarossa, por decir lo menos. “¿Quieres conocer miembros atractivos del sexo opuesto?” preguntó un columnista de noticias en 1996. “Para resultados garantizados, compra un Ferrari y recorre los centros comerciales. Mientras estamos en el tema, no compres cualquier Ferrari. Hazlo el F512M, posiblemente el Ferrari más hermoso y ciertamente el más reconocible jamás construido”.
La columna agregó: “Ningún otro auto que sea legal para conducir en Estados Unidos ofrece una combinación comparable de glamour, estética y rendimiento”.
En 1988, poco después de que se lanzara el Testarossa, Enzo Ferrari, el fundador de la compañía, falleció. Eso aumentó aún más el valor del auto para los coleccionistas, ya que era uno de los últimos autos asociados directamente con él.
¿Convencido? La policía dijo que el auto del Sr. Berger tenía un valor de 350,000 libras (unos $445,000). Otros 512M fueron recientemente listados en línea entre $500,000 y $700,000.