Por James Oliphant
(Reuters) – Donald Trump quiere hacer de Carolina del Sur el fin del camino para Nikki Haley en su batalla por la nominación republicana. Haley busca sobrevivir y llevar su lucha a la competencia multiestatal del Super Martes en marzo.
Las encuestas de opinión muestran al ex presidente de Estados Unidos con una clara ventaja en Carolina del Sur antes de la primaria del estado del sábado, a pesar de que Haley se desempeñó como su gobernadora durante seis años.
Aunque la candidatura presidencial de Haley parece cada vez más quijotesca, su campaña insiste en que seguirá adelante independientemente del resultado.
Aquí un vistazo a las apuestas para cada uno de los candidatos mientras compiten por ser el que desafíe al presidente Joe Biden, un demócrata, en las elecciones de noviembre:
DONALD TRUMP
De manera simple, Trump quiere que la carrera republicana termine para poder centrarse en enfrentarse a Biden.
Ya la campaña de Trump ha señalado que está cambiando hacia las elecciones generales al intensificar sus ataques contra el presidente y al intentar asegurar el control del Comité Nacional Republicano.
Trump también tiene trabajo real que hacer dentro del partido. La candidatura de Haley ha expuesto una profunda brecha entre los republicanos sobre la candidatura de Trump, con un sólido grupo de ese electorado, en su mayoría votantes de zonas suburbanas y con educación universitaria, rechazando lo que él representa.
Su campaña debe estar preocupada de que esos votantes en noviembre opten por votar por Biden, apoyar a un potencial candidato de un tercer partido o quedarse en casa.
Trump necesita demostrar que tiene un firme control sobre su partido y está en posición de vencer a Biden. Derrotar a Haley en su estado natal ayudaría.
NIKKI HALEY
La razón de Haley para seguir en la carrera será más difícil de ver si es sepultada por Trump en Carolina del Sur, después de también perder ante él en Iowa y New Hampshire. La presión para que se retire llegará rápida y fuerte.
Pero Haley, quien se desempeñó como embajadora en las Naciones Unidas bajo Trump, puede percibir la carrera como algo más que sobre ella. Ella habla ahora por el bloque de votantes republicanos que no pueden soportar a Trump.
También tiene una plataforma para expresar sus preocupaciones sobre el enfoque de Trump hacia la seguridad nacional, lo cual quedó en evidencia cuando sugirió que permitiría a Rusia una mano libre con los países de la OTAN que no cumplan con sus obligaciones de gasto en defensa.
Sin embargo, Haley también debe preocuparse de que una serie de derrotas en algún momento dañarán sus perspectivas de postularse nuevamente como una candidata viable en cuatro años.
Su campaña ha señalado que un número de contiendas en juego en el Super Martes del 5 de marzo son favorables para Haley, incluyendo Texas, Carolina del Norte y Virginia. Ese día se otorgarán cientos de delegados, pero aún está por verse si va a invertir en esos estados para competir.
En algún momento, ella tiene que ganar en algún lugar.