Google acaba de lanzar su aplicación Gemini para Android, y no sería sorprendente si, más temprano que tarde, reemplazara al Asistente de Google. Digo, la misma gigante tecnológica, insinuó esto durante el lanzamiento del Pixel 8 el año pasado al presentar el Asistente con Bard. Ahora, Bard ya no está, pero Gemini está aquí. ¿Te preguntas qué es Gemini? Si le preguntas, podría decirte esto:
Soy Gemini, la mejor manera de acceder directamente a Google AI. Estoy entrenado en grandes cantidades de datos disponibles públicamente, y puedo comunicarme y generar texto parecido al de un humano en respuesta a una amplia gama de preguntas.
Los días de decir “Hey Google, pon un temporizador” podrían estar contados con el nuevo chatbot impulsado por inteligencia artificial que está sacudiendo la escena de los asistentes digitales. Pero ¿reescribirá completamente el futuro? Vamos a explorar.
De ELIZA a Gemini: Una historia de conversación humano-computadora
Una conversación con ELIZA (Crédito de la imagen: Wikipedia)
Para vislumbrar el futuro, primero hagamos un viaje al pasado. Todo comenzó en la década de 1960. ELIZA (los nombres femeninos parecen ser la opción preferida), un chatbot primitivo desarrollado por Joseph Weizenbaum en el MIT, sentó las bases de cómo interactuamos con nuestros dispositivos hoy en día.
Dato curioso: incluso ELIZA engañó a las personas haciéndoles creer que era humana. Imagina el shock de Weizenbaum cuando su propia secretaria lo echó para tener un tiempo de charla de calidad con ELIZA. Esta experiencia dio lugar al efecto ELIZA, donde las personas ven cualidades parecidas a las de un humano en las computadoras. Es un recordatorio de que incluso la inteligencia artificial básica puede conectarse con nuestro profundo deseo de conexión, difuminando las líneas entre humanos y máquinas en nuestras interacciones con los asistentes virtuales (basta con ver la película “Her”).
El primer teléfono inteligente, Simon, fabricado por IBM (Crédito de la imagen: The Board of Trustees of the Science Museum)
El reconocimiento de voz llevó las cosas aún más lejos, con programas como Harpy, que comprendía un impresionante 1.000 palabras (¡impresionante para los años 70!). Luego vinieron los años 90 y los grandes movimientos de IBM: integrar el reconocimiento de voz en las PC y lanzar Simon, el primer teléfono inteligente que sentó las bases para integrar asistentes virtuales inteligentes en dispositivos móviles.
El 2011 fue un cambio de juego: Siri llegó al iPhone 4S, permitiéndonos chatear con nuestros dispositivos como nunca antes. Pronto, Alexa de Amazon, seguida por Google Assistant, se unieron a la fiesta. Esta carrera tecnológica entre gigantes impulsó avances rápidos, haciendo que nuestros asistentes sean más inteligentes y estén más integrados en nuestras vidas. En la década de 2020, los chatbots de inteligencia artificial como ChatGPT están empujando los límites, generando conversaciones sorprendentemente parecidas a las de los humanos. Bard de Google sigue la misma línea, usando inteligencia artificial para elaborar respuestas basadas en información del mundo real. Y eso nos lleva a Gemini, el último capítulo de esta historia en evolución de la conversación humano-computadora.
¿Un futuro reescrito? El impacto potencial
Entonces, ¿las aplicaciones como Gemini o ChatGPT de OpenAI reescribirán el futuro? Los modelos de lenguaje grandes (GPT) como Gemini o ChatGPT están llevando el juego de los asistentes digitales a un nuevo nivel de sofisticación. Procesan texto, imágenes y contexto, permitiendo un diálogo abierto y comprensión. Pídeles que analicen un poema, generen una historia creativa o simplemente hablen sobre el día, y te responderán con coherencia y agudeza sorprendentes.
A diferencia del enfoque de talla única de Alexa, Gemini y ChatGPT adaptan sus interacciones a los usuarios individuales, aprendiendo de cada conversación. Este futuro tiene un inmenso potencial, desde agilizar rutinas diarias hasta abrir nuevas vías educativas y creativas. Sin embargo, al igual que con cualquier tecnología potente, las consideraciones éticas y las preocupaciones sobre la pérdida de empleo son preocupantes.
¿Pueden los asistentes de inteligencia artificial convertirse en verdaderos socios, o solo estamos alimentando a los gigantes tecnológicos con más datos?
Crédito de la imagen–Google
Esta pregunta central llega al corazón del futuro de los asistentes digitales. Por un lado, la naturaleza personalizada y atractiva de GPT, como Gemini, sugiere un nivel más profundo de asociación. Un compañero de inteligencia artificial que comprende tus objetivos, anticipa tus necesidades y te apoya para lograrlos podría ser un activo valioso, no solo una herramienta.
Sin embargo, persisten las dudas. La naturaleza ávida de datos de estos GPT plantea preguntas sobre la privacidad y la propiedad. ¿Estamos simplemente alimentando a los gigantes tecnológicos con más datos a cambio de un amigo digital? ¿Puede una inteligencia artificial entender y empatizar verdaderamente con nosotros, o simplemente estamos creando simulaciones cada vez más sofisticadas?
La respuesta probablemente se encuentre en algún punto intermedio. Si bien una verdadera conexión emocional con una inteligencia artificial podría ser un sueño lejano, los GPT sin duda pueden evolucionar en herramientas colaborativas valiosas. La clave está en el desarrollo responsable, la transparencia y el control del usuario sobre los datos. Las iniciativas de código abierto y los modelos descentralizados podrían ofrecer soluciones, asegurando que los asistentes de inteligencia artificial nos empoderen, no al revés.
El camino por delante: Desafíos y oportunidades
Construir confianza y garantizar un desarrollo responsable de la inteligencia artificial son desafíos cruciales. Pero las oportunidades parecen superar las preocupaciones. Aunque la recién formada iniciativa llamada Consorcio del Instituto de Seguridad de la IA de los Estados Unidos también debería abordar las preocupaciones. El desarrollo responsable y la conciencia del usuario pueden allanar el camino para un futuro simbiótico en el que los GPT nos empoderen para ser más eficientes, creativos e informados. Si bien Gemini y sus similares no harán desaparecer tu asistente existente de la noche a la mañana, representan un gran avance. Mientras exploramos este panorama en evolución, una cosa es segura: el futuro de los asistentes digitales está lejos de ser sencillo. Es un futuro en el que la conversación, no los comandos, toma el centro del escenario, y las posibilidades son verdaderamente emocionantes.