Simon Stiell, el jefe del cambio climático de las Naciones Unidas, presentó un panorama optimista de la lucha contra el calentamiento global, mientras criticaba a los países que evitan cumplir con sus obligaciones al “esconderse detrás de lagunas” en acuerdos globales.
Los comentarios de Stiell durante un discurso en Bakú, Azerbaiyán, buscan crear expectativas para la próxima ronda de conversaciones sobre el clima de las Naciones Unidas, programada para noviembre en ese país. Será el segundo año consecutivo que un importante exportador de combustibles fósiles sea anfitrión de las conversaciones, hecho que ha generado fuertes críticas dada la centralidad de los combustibles fósiles en la producción de gases de efecto invernadero.
Los comentarios de Stiell siguen a los del ministro del petróleo de Arabia Saudita, quien afirmó que los acuerdos globales para combatir el cambio climático permiten a los países elegir selectivamente qué hacer respecto al uso de los combustibles fósiles.
Stiell advirtió que evadir el trabajo arduo a través de interpretaciones selectivas sería completamente contraproducente para cualquier gobierno, ya que el cambio climático afecta a todas las naciones.
La cumbre será presidida por el ministro de medio ambiente de Azerbaiyán, Mukhtar Babayev, un importante productor de combustibles fósiles. Esta selección ha generado preocupación entre defensores del clima debido a su experiencia previa en la industria del petróleo.
Este año, la cumbre se enfocará en la difícil cuestión de lo que los países más ricos del mundo deben a los más pobres, que están sufriendo de manera desproporcionada los efectos del cambio climático.
Según Stiell, se necesitarían $2.4 billones para lograr esta transición energética.