En la intensa guerra de palabras sobre la guerra entre Israel y Gaza, ha surgido repetidamente una frase en particular. En protestas, en volantes y en algunas publicaciones principales, es común ver a Israel descrito, o más bien, asediado, como un “estado colonizador de colonos”.
La idea del colonialismo de asentamientos tiene su origen en la academia, donde su uso ha aumentado en las últimas dos décadas, ya sea en estudios de casos de lugares particulares o en narrativas maestras que pretenden explicar todo desde la época de Colón. También ha sido ampliamente adoptada en la izquierda activista, invocada en discusiones sobre gentrificación, degradación ambiental, capitalismo financiero y otros temas.
El término “colonialismo de asentamientos” puede combinar dos palabras que son muy familiares. Pero en combinación, el término puede resultar un insulto moral, o peor.
Quienes llaman a Israel una empresa colonizadora de colonos ven un país formado por olas de llegadas judías que empujaron a los habitantes árabes para crear un estado etnonacional exclusivo. Para otros, esa es una distorsión grave que redefine a los refugiados como opresores e ignora la larga historia del apego de la diáspora judía a su tierra ancestral, así como la existencia continua de una comunidad judía cuyos ancestros nunca se fueron.
En general, los críticos dicen que la aceptación del término refleja una visión peligrosamente simplista de la historia, una especie de “trastorno moral”, como escribió recientemente Adam Kirsch, editor del Wall Street Journal, que justifica la violencia y se basa en “la división permanente del mundo entre personas inocentes y personas culpables”.
Sin embargo, para muchos académicos, el colonialismo de asentamientos es un concepto analítico serio y útil. Para ellos, se pretende no condenar o deslegitimar, sino iluminar similitudes y diferencias en una amplia gama de sociedades presentes y pasadas.
“Creo que el término tiene relevancia”, dijo Caroline Elkins, historiadora ganadora del Premio Pulitzer de Harvard y coeditora de la colección “El colonialismo de asentamientos en el siglo XX” de 2005. “Desde una perspectiva estrictamente empírica, hay colonias, y en algunos casos, naciones de hoy, que se fundaron con la premisa de enviar colonos a diferentes lugares del mundo”.
Pero en medio de las polemicas actuales, incluso la discusión académica del término es complicada. “Todos nos hemos vuelto muy cautos sobre cómo lo usamos”, dijo Elkins, “por miedo a ser malinterpretados”.
Desde los márgenes
Desde 2005, el término “colonialismo de asentamientos” ha continuado extendiéndose en círculos académicos, migrando a la ciencia política, los estudios literarios, la musicología y muchos otros campos.
Aziz Rana, politólogo y profesor de Derecho en la Facultad de Derecho de Boston College, es autor del libro de 2010 “Las dos caras de la libertad estadounidense”, que sostiene que el colonialismo de asentamientos se encuentra detrás de las jerarquías raciales duraderas de la nación y de las posibilidades emancipadoras de su tradición política.