Después de tres meses de asedio y bombardeos en la Franja de Gaza en su guerra contra Hamas, Israel enfrentó el cargo de genocidio en la Corte Internacional de Justicia el jueves, ya que Sudáfrica argumentó que Israel “busca crear condiciones de muerte” en Gaza, y exigió que el tribunal ordene la suspensión de emergencia de la campaña militar.
Presentando su caso en una sala de audiencias abarrotada en La Haya, los abogados sudafricanos presentaron como evidencia las palabras de funcionarios israelíes, incluido el ministro de Defensa Yoav Gallant, quien dijo en octubre que Israel impondría un asedio completo al territorio porque estaba luchando contra “animales humanos”.
Israel niega categóricamente la acusación de genocidio y está listo para presentar su defensa el viernes, la segunda parte de la audiencia de dos días en el principal órgano judicial de las Naciones Unidas. Las audiencias serán la primera vez que Israel elige defenderse en persona en un entorno así, un signo de las altas apuestas del momento, con la reputación internacional de Israel cayendo en gran parte del mundo por el costo de su campaña en Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel describió el proceso del jueves como “un mundo al revés”, en el que su país enfrentaba tales acusaciones. “A Israel se le acusa de genocidio en un momento en que lucha contra un genocidio”, dijo, refiriéndose a la guerra en Gaza, que comenzó después de que Hamas y otros grupos armados llevaron a cabo ataques el 7 de octubre que mataron a unas 1,200 personas y llevaron a unas 240 como rehenes, según funcionarios israelíes.
El genocidio está entre los delitos más graves de los que un país puede ser acusado y la acusación tiene una importancia particular en Israel, fundada después de la masacre de judíos en el Holocausto. A pesar de que el gobierno sudafricano mantiene que persigue su caso para detener un genocidio, los analistas dicen que también se ve motivado por un apoyo interno de larga data a la causa palestina que se remonta a la presidencia de Nelson Mandela, un firme defensor de los derechos palestinos.
Para que exista genocidio, debe haber una intención comprobada por parte de los perpetradores de destruir físicamente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, según la convención de genocidio de la ONU, a la que Israel es signatario. Sin embargo, la intención es a menudo el elemento más difícil de probar en tales casos.
Las decisiones del tribunal son vinculantes, pero el tribunal tiene pocos medios de ejecución.
El aliado más cercano de Israel, Estados Unidos, ha defendido enérgicamente la campaña del país contra Hamas, y el secretario de Estado, Antony J. Blinken, calificó la acusación de Sudáfrica de “sin fundamento” y “contraproducente” esta semana.
Pero funcionarios estadounidenses y europeos han aumentado la presión sobre Israel en las últimas semanas para reducir el alcance de sus operaciones militares, y muchas naciones en Medio Oriente, África y América Latina han criticado duramente a Israel por el devastador costo de su campaña para los civiles gazatíes.
Más de 23,000 palestinos han muerto en los últimos tres meses en Gaza, la mayoría de ellos mujeres y niños, según funcionarios de salud en Gaza. La gran mayoría de los 2,2 millones de residentes de la franja han sido expulsados de sus hogares desde el comienzo de la guerra, aumentando el peligro de enfermedades y hambre, según organizaciones internacionales.
Hamas dio la bienvenida a la decisión de Sudáfrica de llevar el caso a la corte, diciendo en un comunicado el jueves que esperaba “una decisión que haga justicia a las víctimas” y haciendo un llamado a Israel para “detener la agresión”.