La Autoridad Palestina estaba llevando a cabo una de las operaciones de seguridad más extensas de su historia, persiguiendo a militantes armados en la ciudad de Jenin, Cisjordania. Durante semanas, las fuerzas de la autoridad avanzaron lentamente hacia el bastión densamente poblado de los militantes, dijeron funcionarios palestinos.
Cuando el ejército israelí lanzó su propia redada a gran escala allí en enero, se esperaba que la autoridad abandonara su operación.
Pero no lo hizo.
En cambio, cuando docenas de militantes huyeron a aldeas cercanas, las fuerzas de seguridad palestinas se lanzaron para arrestarlos, dijeron los funcionarios. “Hicimos avances muy importantes para reforzar el orden y la ley”, dijo el Brig. Gral. Anwar Rajab, portavoz de las fuerzas de seguridad de la autoridad, en una entrevista telefónica.
La autoridad, que tiene poderes de gobierno limitados en Cisjordania ocupada por Israel, había cedido en gran medida la lucha contra los militantes a Israel durante años. Pero a medida que surgen preguntas sobre si puede asumir la gobernanza y la seguridad en Gaza, los líderes del grupo parecen ansiosos por demostrar que no se apartarán de la lucha, incluso si eso significa enfadar a los palestinos que dicen que la autoridad está ayudando a una operación que está destruyendo gran parte de Cisjordania y desplazando a decenas de miles.
Jenin, y en particular el campamento de Jenin, un barrio extenso construido para refugiados en el período posterior a la guerra árabe-israelí de 1948, se había convertido en un refugio para combatientes armados respaldados por Irán de Hamás y la Yihad Islámica Palestina. Con el tiempo, se han vuelto más sofisticados en su capacidad para desarrollar explosivos y obtener armamento avanzado, como fusiles M16 contrabandeados desde Israel.
Desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lideró un ataque contra Israel que inició la guerra en Gaza, Israel ha llevado a cabo decenas de redadas en Cisjordania, incluyendo ataques aéreos, matando a muchos civiles. Israel afirma que lleva a cabo estas redadas de acuerdo con el derecho internacional. La autoridad en su mayoría evitó enfrentarse directamente a los militantes, tratando de alentarlos a entregarse.
Pero en diciembre, la autoridad decidió tomar medidas más enérgicas. Las fuerzas de seguridad arrestaron a un operativo de Yihad Islámica mientras recogía decenas de miles de dólares contrabandeados a Cisjordania, según funcionarios palestinos.
The New York Times habló con más de una docena de funcionarios palestinos sobre las operaciones en Jenin. Todos hablaron bajo condición de anonimato para discutir deliberaciones internas y planes operativos.
Los militantes respondieron secuestrando dos camiones gubernamentales y desfilando por la ciudad, en una escena que fue captada en video y ampliamente compartida en las redes sociales. El episodio fue una representación clara de la debilidad de la autoridad: era pleno día y los camiones estaban cubiertos con banderas de la Yihad Islámica y Hamás.
El líder de la autoridad, Mahmoud Abbas, estaba tan furioso que sintió que debía actuar de inmediato después de ver el video, según funcionarios palestinos.
La autoridad desplegó fuerzas de élite y vehículos blindados; estableció controles de seguridad y se involucró en enfrentamientos diarios con los militantes en el campamento. Más de una docena de personas fueron asesinadas, incluidos seis oficiales de seguridad, un periodista, una mujer y tres adolescentes. También llevó al desplazamiento de miles y a pérdidas generalizadas de agua y energía.
Cientos de personas fueron arrestadas, dijo el Gral. Rajab en una conferencia de prensa en enero, aunque no estaba claro cuántas eran milicianos.
La autoridad fue cautelosa en cuanto a realizar movimientos apresurados contra los militantes, temerosa de que ello pudiera resultar en un gran número de muertes de civiles, según funcionarios. Después de semanas en las que la autoridad luchó por avanzar en su operación, Israel realizó una redada en Jenin.
Se asumió ampliamente que la operación de la autoridad terminaría, pero los jefes de seguridad palestinos se quedaron en Jenin, dirigiendo operaciones de arresto basadas en inteligencia en aldeas cercanas, dijeron algunos de los funcionarios palestinos. Los jefes se retiraron recientemente a Ramala, la sede administrativa de la autoridad, pero las operaciones de arresto continúan alrededor de Jenin, dijeron los funcionarios.
En los días posteriores a la redada de Israel en la ciudad, las fuerzas de seguridad de la autoridad arrestaron a 120 militantes que habían salido del campamento, dijo el Gral. Rajab el miércoles.
No está claro en qué medida la autoridad e Israel han estado coordinando esta operación. Ambos lados han compartido durante mucho tiempo información y han trabajado para evitar encontrarse entre sí, dijeron varios funcionarios palestinos, una política que muchos palestinos han criticado.
El Gral. Rajab solo dijo que la autoridad estaba haciendo “lo que necesitaba hacer” en Jenin. Ante las críticas de los palestinos, la autoridad ha dicho que muchos de los milicianos tienen antecedentes criminales.
El Tcnl. Nadav Shoshani, portavoz del ejército israelí, dijo en una rueda de prensa en enero que Israel y la autoridad mantenían protocolos de desconflicción “para asegurarse de que no nos entorpezcamos mutuamente”, pero no entró en detalles sobre cómo ha funcionado eso en Jenin.
La reciente operación de Israel ha infligido algunos de los daños más graves en años, destrozando carreteras, demoliendo docenas de edificios y matando a más de 25 personas en el área más amplia de Jenin, según el Ministerio de Salud de la autoridad, que no distingue entre civiles y combatientes. Israel Katz, el ministro de Defensa israelí, ha prometido que el ejército permanecerá allí a largo plazo, lo que ha alarmado a los funcionarios de la autoridad.
El ejército israelí ha dicho que mató a decenas de milicianos en varias ciudades del norte de Cisjordania.
La autoridad se ha negado a alejarse de su operación en Jenin, argumentando que debe aprovechar cada oportunidad para someter a los milicianos, a quienes ha acusado de dar pretexto a Israel para destruir la ciudad.
Eso apenas ha aumentado su prestigio entre los habitantes de Cisjordania, que en general la ven como una entidad corrupta que colabora con Israel. Muchos palestinos también consideran que los grupos armados en Jenin están luchando por ellos contra las fuerzas que ocupan la Cisjordania.
“Son dos caras de la misma moneda”, dijo Shadi Abu Samen, de 47 años, residente del campamento de Jenin, refiriéndose a Israel y la autoridad.
En entrevistas telefónicas con The New York Times, los milicianos de la Brigada de Jenin de la Yihad Islámica dijeron que habían tomado las armas para enfrentarse a los soldados israelíes que asaltaban su vecindario. Abu Mohammed, un miembro de la brigada, dijo que creía que la autoridad e Israel perseguían un objetivo similar: “Erradicar la resistencia y su espíritu”.
“Quieren que nos rindamos pero no aceptaremos eso”, dijo Abu Mohammed, de 33 años, usando su nombre de guerra.
El Times habló con Abu Mohammed antes de la última operación de Israel en Jenin y desde entonces no ha podido contactarlo.
Algunos analistas palestinos dijeron que el enfoque en la seguridad no sería suficiente si ni Israel ni la autoridad hacían ningún intento por mejorar las condiciones de vida también.
“Estamos hablando de un lugar que carece de tantos recursos básicos”, dijo Ibrahim Dalalsha, director del Centro Horizonte, un grupo de investigación palestino en Ramala. “Cualquier operación de seguridad necesita ir acompañada de una operación social, económica, de desarrollo”.
Los civiles han pagado un precio claro por las operaciones. Casi todos los residentes del campamento de Jenin han sido desplazados en los últimos dos meses, según las Naciones Unidas.
“Estamos atravesando una tormenta violenta”, dijo Hilal Jalamneh, de 50 años, residente del campamento. “La última pizca de esperanza que teníamos se ha esfumado”.