El gobierno de Chile impuso un toque de queda y declaró un estado de emergencia en respuesta a un apagón generalizado que cortó la electricidad a la mayoría del país, incluida la capital, Santiago, el martes
La enorme interrupción, que comenzó por la tarde, afectó a ocho millones de hogares en todo el país, desde la ciudad norteña de Arica hasta Los Lagos en el sur del país, dijeron los funcionarios. En Santiago, derribó los semáforos, dejó personas atrapadas en ascensores y cerró la red del metro.
Horas más tarde, el gobierno anunció un toque de queda de 10 p.m. a 6 a.m. en las regiones afectadas por el apagón. Las escuelas en esas regiones estarán cerradas el miércoles, con unos 300,000 estudiantes afectados, dijeron los funcionarios.
“Hoy ha sido un día difícil para millones de compatriotas”, dijo Gabriel Boric, el presidente, en una conferencia de prensa el martes por la noche.
Para finales del martes, se había restablecido la energía para unos cuatro millones de hogares, dijo el Sr. Boric. Pero advirtió que la recuperación era lenta e inestable, y la situación seguía siendo precaria.
Él culpó a las empresas eléctricas del país por permitir que ocurriera el apagón y por no restablecer la energía más temprano, agregando, “Esto es terrible”. El apagón fue causado por una falla en el sistema de transmisión, según los funcionarios.
Soldados y agentes de la policía nacional fueron enviados a las regiones afectadas, dijeron los funcionarios, y en Santiago, los helicópteros sobrevolaron la ciudad.
Los servicios de emergencia, hospitales, prisiones y aeropuertos en todo el país estaban operando con sistemas de electricidad de respaldo y generadores, dijo la agencia nacional de desastres.
John Bartlett contribuyó con el informe.